¿Cómo hacer crecer el pelo? 17 consejos para mejorar la salud capilar

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La salud, el crecimiento y el aspecto estético del cabello dependen de muchos factores relacionados con el estilo de vida. ¿Qué hay que hacer y qué hay que evitar para estimular su crecimiento y mejorar la salud capilar?

Un cabello tiene una vida promedio de 7 años. Durante este tiempo, crece a un ritmo de aproximadamente 0,35 milímetros al día, pasando por distintas fases de desarrollo y superando muchos obstáculos que, a menudo, le ponemos.

Todos sabemos que el cabello y la salud de este es un factor muy importante en nuestra estética. Estos cabellos están formados por queratina, una sustancia que les da flexibilidad y, por lo tanto, ese aspecto sano que tanto ansiamos.

De todos modos, la queratina, durante estos 7 años que “vive” un cabello, va perdiendo elasticidad, lo que hace que el cabello se vuelva más quebradizo y seco y que pierda el aspecto juvenil. Y la velocidad a la que esta queratina pierde su flexibilidad depende casi exclusivamente de nosotros, que podemos incrementar o reducir el ritmo al que esto ocurre.

Por ello, en el artículo de hoy ofreceremos una guía práctica de los mejores consejos para mejorar la salud capilar, las cosas que debemos evitar para evitar que se dañe y de las estrategias que debemos seguir si queremos garantizar que el cabello crezca más sano.

¿Qué tipos de cabello existen?

Antes de empezar con los consejos, es importante presentar los distintos tipos de cabello, pues de este modo sabrás en qué punto te encuentras y qué consejos debes aplicar con más fuerza. Dependiendo de las propiedades de la cubierta protectora (acumulación de secreciones sebáceas y sudorales) del cuero cabelludo, el cabello puede clasificarse en los siguientes tres tipos.

1. Cabello normal

Es el cabello al que debemos aspirar. Se trata de un cabello suave, brillante y flexible. La queratina está bien protegida y el cuero cabelludo tiene el pH necesario para que el cabello crezca con un aspecto saludable y joven. Las personas con este cabello no deben cambiar nada de su estilo de vida, simplemente asegurarse de que el champú que utilizan es de pH fisiológico, es decir, de 5,5.

2. Cabello graso

El cabello graso es aquel en el que, debido a que las glándulas sebáceas de la piel producen una cantidad excesiva de grasa, el pelo adquiere un aspecto demasiado brillante y sucio. Esto provoca, a su vez, que el cabello se agrupe en mechas y que pierda su volumen. A continuación veremos qué se puede hacer para evitar este problema de exceso de grasa y conseguir que el cabello luzca saludable.

3. Cabello seco

El cabello seco es el extremo opuesto al graso. En este caso, las glándulas sebáceas de la piel no producen la suficiente grasa para mantener el cabello lubricado. Esta falta de hidratación hace que el cabello sea áspero al tacto, quebradizo, con puntas abiertas y con un tono apagado. A continuación veremos qué se puede hacer para evitar que el cabello se vuelva seco.

Las principales estrategias para mejorar la salud del cabello

Como hemos dicho, nuestro objetivo debe ser llegar a tener un cabello normal, es decir, evitar que se produzca demasiada grasa (cabello graso) o muy poca (cabello seco). Para ello, es importante seguir las siguientes indicaciones y consejos.

1. Antes de lavarlo con champú, mojar con agua templada

Antes de proceder a lavar el cabello con champú, es importante lavarlo con agua, pero esta no puede estar ni demasiado fría ni demasiado caliente. El agua fría no es adecuada para eliminar la suciedad, pero si está demasiado caliente estimulamos demasiado las glándulas sebáceas y hacemos que produzcan demasiada grasa. Por ello, lo mejor es mojar el cabello con agua templada, que permite eliminar eficazmente la suciedad antes de lavar y estimula la producción justa de grasa.

2. Masajear el cuero cabelludo

Cuando nos estamos lavando el pelo con champú, este lo debemos aplicar poco a poco, masajeando suavemente el cuero cabelludo y sin hacerlo ni demasiado deprisa ni con excesiva fuerza, pues podemos dañarlo. Debemos lavarnos la cabeza con delicadeza. También hay que ver si se produce bastante espuma o no. Cuando hay poca es generalmente porque hay demasiada grasa en el pelo, por lo que deberíamos aplicar más agua.

3. Lavarlo día sí, día no

Lavar a diario el cabello es una práctica muy desaconsejable. Y es que si cada día aplicamos champú, podemos provocar tanto que sea demasiado graso (añadimos demasiados aceites) como que esté más seco, pudiendo incluso provocar una excesiva caída de cabello. Por ello, lo mejor es lavar día sí, día no.

4. Peinar suavemente antes de ducharnos

Para eliminar la suciedad que hemos ido acumulando durante el día antes de ducharnos, es recomendable peinar suavemente el cabello antes de entrar a la ducha. De este modo, eliminamos los productos capilares y la suciedad que haya podido quedar.

5. Hacer segundos lavados

Especialmente cuando utilizamos champús de tratamiento o simplemente si notamos que el pelo no ha quedado lo suficientemente limpio (todavía hay grasa), es recomendable hacer un segundo lavado pero sin secarse. Es decir, lavar una vez, aclarar y volver a lavar.

6. Aclarar con abundante agua fría

Si bien decíamos que para mojar primero el cabello era mejor el agua templada, para aclarar la cosa es distinta. El champú deberíamos quitarlo con agua fría (sin que resulte molesta) ya que a temperaturas bajas, las escamas del cabello se comprimen y este queda más suave. Si lo hacemos con agua caliente, estas escamas se abren y el pelo queda más quebradizo y con un aspecto seco.

7. Evitar al máximo el secador

La fase de secado del cabello es muy importante, pues es un momento en el que, de no hacerlo adecuadamente, podemos dañarlo enormemente. Se recomienda que al salir de la ducha primero nos pongamos una toalla encima del pelo pero que todavía no frotemos. De este modo retiramos la primera parte del agua y reducimos el tiempo que tenemos que frotar con la toalla, pues aquí podemos dañar el cuero cabelludo. Hay que secar con suavidad todo el tiempo que sea necesario.

Habría que reservar el secador para el último momento, cuando básicamente solo queda peinarnos, pues el aire caliente reseca el cabello y hace que este se vuelva quebradizo. Si se puede, lo mejor es secarlo al aire libre, sin toalla ni secador.

8. Limitar el consumo de hidratos de carbono

Lo que comemos también influye en nuestra salud capilar, especialmente para determinar si tenemos un cabello graso o no. De todos modos, lo que tradicionalmente se ha dicho de que las comidas con más grasas son las que más hacen que el cabello se vuelva graso es, por ahora, un mito. Lo que sí se ha visto que afecta negativamente a la salud capilar es el consumo excesivo de hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, cereales, patatas…). Por ello, si tenemos problemas de cabello graso (o queremos evitar tenerlos), habría que reducir el consumo de estos carbohidratos.

9. Aplicar el champú el tiempo indicado

Especialmente en los de tratamiento, los champús, en su etiqueta, tienen indicaciones sobre el mejor modo de usarlo. Habría que fijarse en especial en el tiempo de uso adecuado y respetarlo siempre, pues cada uno debe utilizarse un tiempo concreto para que dé los mayores beneficios.

10. Cepillarlo a diario

Siempre que se haga con cepillos poco agresivos y de forma suave, los cepillados son una excelente manera de masajear el cuero cabelludo y estimular así la salud capilar. Con estos masajes (no hace falta que sea con cepillos, pero sí que son los más efectivos) mejoramos la circulación sanguínea, nutrimos mejor al cabello y propiciamos que las glándulas sebáceas produzcan la cantidad justa de grasa

11. Protegerlo de la radiación solar

La radiación ultravioleta oxida la queratina del cabello, es decir, estimula la ruptura de las fibras capilares. Hacer excesos con el sol provoca que el cabello se vuelva más frágil, quebradizo y de aspecto seco. Por ello, habría que evitar pasar mucho tiempo bajo la radiación solar y/o llevar protección, como gorras o sombreros.

12. Usar fortalecedores capilares (si hay caída del cabello)

Es normal que una persona pierda cabellos durante el día, pues simplemente es muestra de que algunos cabellos están terminando su ciclo de vida. Sin embargo, cuando esta caída es de más de 100 cabellos al día, ya hablamos de alopecia. Pero igualmente no hay de qué preocuparse, pues en la farmacia se pueden conseguir de forma libre (sin receta) distintos fortalecedores capilares, que mejoran la salud capilar y reducen la caída del cabello. Hay muchos productos distintos y el farmacéutico recomendará uno u otro en función de las preferencias de la persona y de la gravedad de la caída.

13. Usar champús de pH 5,5

El cuero cabelludo está a un pH de 5,5. Para garantizar la salud del cabello, pues, hay que mantener este valor de acidez. Por ello, es recomendable utilizar los conocidos como champús de pH fisiológico, que son los que respetan el pH del cuero cabelludo.

14. Utilizar acondicionador

Los acondicionadores no solo sirven para mantener el pelo liso, sino que también reparan los daños producidos en el cabello, ayudando así a que luzca saludable. Estos productos deben usarse después del aclarado del champú y algunos incluso incluyen agentes de protección solar. De todos modos, es importante tener en cuenta que no puede usarse en exceso (sino hace el efecto contrario y el pelo luce seco) y que debe aplicarse solo desde la mitad hasta las puntas.

15. Usar champús reengrasantes (si se tiene cabello seco)

Como hemos dicho, el cabello seco es aquel en el que no hay la cantidad mínima de grasa necesaria para que el cabello luzca sano. Por ello, si tenemos este problema, podemos comprar los conocidos como champús reengrasantes, que ayudan a rehidratar el cabello.

16. Usar champús a base de agua (si se tiene cabello graso)

Si, por el contrario, nuestro problema es que el cabello está demasiado grasiento, deberemos evitar el uso de champús aceitosos. En el mercado podemos encontrar muchos champús a base de agua que no aportan más grasa al cuero cabelludo.

17. Cortar las puntas

Si no cortamos las puntas, el cabello se aprecia más seco y quebradizo. Por ello, es importante cortar las puntas, mínimo cada dos meses. No hay que esperar a tener las puntas abiertas. Cada dos meses ve a la peluquería o córtatelas tú mismo o tú misma.