Protestas contra Vladimir Putin por el 1 de mayo concluyeron con decenas de detenidos en Rusia

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Decenas de personas fueron detenidas este miércoles, en su mayoría en la segunda ciudad de Rusia, San Petersburgo, en protestas contra el Kremlin con ocasión del Primero de Mayo, festivo en este país desde tiempos soviéticos.

Medio centenar de personas fueron arrestadas por las fuerzas de seguridad en la antigua capital imperial durante una manifestación que no contaba con autorización oficial, informaron fuentes policiales a la agencia Interfax.

“Putin es un ladrón” o “Esta es nuestra ciudad” eran los lemas de algunas de las pancartas que enarbolaban los manifestantes, muchos de ellos jóvenes.

Entre los detenidos se encontraba el diputado local Maxim Reznik, que fue arrastrado violentamente por los efectivos antidisturbios y que posteriormente fue liberado.

La violencia policial fue condenada por el líder de la oposición rusa extraparlamentaria, Alexéi Navalni, muchos de cuyos partidarios salieron a la calle en varias ciudades del país.

Mientras, el Ayuntamiento de San Petersburgo acusó a la oposición de torpedear las tradicionales marchas del Primero de Mayo con acciones provocadoras.

Según la Policía, unos 2,4 millones de rusos tomaron parte en los actos de este miércoles, organizados en muchos casos por el partido del Kremlin, Rusia Unida, pero también por grupos civiles y por el Partido Comunista, cuyo líder, Guennadi Ziugánov, instó a cambiar radicalmente la política económica.

Control de internet

Vladimir Putin promulgó este miércoles una polémica ley cuyo objetivo es crear una “internet soberana” en Rusia, aislada de los grandes servidores mundiales, que ha sido denunciada por sus detractores como una manera de fortalecer el control de las autoridades sobre la red.

El texto de la ley, publicado en el sitio oficial del gobierno ruso, prevé su entrada en vigencia para noviembre.

Presentada oficialmente en nombre de la seguridad informática, la ley permitirá a los sitios rusos operar sin pasar por servidores extranjeros.

Concretamente, prevé crear una infraestructura que asegure el funcionamiento de los recursos de internet rusos si fuera imposible para los operadores locales conectarse a servidores de internet extranjeros.

Los proveedores de acceso a Internet rusos también deberán garantizar que sus redes dispongan de “medios técnicos” que permitan el “control del tráfico centralizado”, para contrarrestar potenciales amenazas.

Este control pasará sobre todo a través de la agencia rusa de vigilancia de medios y telecomunicaciones (Roskomnadzor), frecuentemente acusada de bloquear arbitrariamente contenidos en la red, y por los servicios de inteligencia rusos (FSB). 

Vladimir Putin (REUTERS/Shamil Zhumatov)
Vladimir Putin (REUTERS/Shamil Zhumatov)

La ley es muy criticada puesto que es vista por muchos activistas como un intento de controlar los contenidos, e incluso de aislar gradualmente a la internet rusa en un contexto de creciente presión por parte de las autoridades.

La semana pasada, diez organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión, entre ellas Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Human Rights Watch (HRW), llamaron a Putin a que no promulgase esta ley.

En una declaración conjunta, ambas oenegés denunciaron un texto que podría llevar a “bloqueos arbitrarios”, “a facilitar un control estatal”, y a una disminución del anonimato en línea.

Varias manifestaciones contra esta ley han sido organizadas, una de las cuales reunió a miles de personas en Moscú en marzo pasado.

En estos últimos años, las autoridades rusas han apretado las tuercas a la red nacional de internet, bloqueando contenidos y sitios relacionados con la oposición, pero también a los servicios que se han negado a colaborar con ellas, como la plataforma de video Dailymotion, la red social Linkedin o la mensajería Telegram.

Vía: www.infobae.com