La pelea de Halle Berry por la silla de directora

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Halle Berry, de un modo u otro, ha luchado toda la vida. Ya sea por un papel en una película codiciada, por las víctimas de violencia doméstica como ella o por manifestarse en contra de la percepción de que su belleza física la ha librado de batallar; siempre se ha visto a sí misma como quien lleva las de perder. Y ahora, en su primera película como directora, también asumió un papel así.

En Bruised (que se estrenará en los cines estadounidenses el 17 de noviembre antes de poder verse en Netflix una semana después), Berry asume el papel de Jackie Justice, una luchadora de artes marciales mixtas que ha sido humillada y está desesperada por regresar al cuadrilátero. Este es el papel de más exigencia física que ha interpretado: a sus 55 años, tuvo que entrenar de cuatro a seis horas para aprender boxeo, muay thai, judo y jiujitsu, además de refrescar la práctica de la capoeira que aprendió para Catwoman.

Luego, pasaba el resto del día haciendo la labor de directora: buscando locaciones en Newark, Nueva Jersey; desarrollando un guion que en un principio se centraba en una mujer blanca irlandesa y católica de veintitantos años; coreografiando complicadas escenas de combates y colaborando con un elenco de actores de varias generaciones. Para una cineasta que hace su debut, esa combinación por sí misma es una hazaña.

Sin embargo, con Justice, Berry interpreta a uno de sus personajes más complejos: además de haber sido campeona de artes marciales mixtas, Jackie es una madre negra de mediana edad que tiene dificultades para cuidar de su hijo de 6 años, Manny (Danny Boyd hijo), después de abandonarlo cuando era un bebé.

“Entendí quién es este personaje de Jackie Justice y de dónde había salido”, dijo Berry en una videollamada en la que estaba sentada en el patio trasero de su casa de Los Ángeles. Y después de esperar seis meses para que Blake Lively (a quien le ofreció el papel originalmente) decidiera si lo quería —al final dijo que no— Berry buscó hacer ese papel con todas sus fuerzas.

“Me encantó porque luchar es algo de lo que sé mucho en lo personal y en mi carrera. Sé lo que es luchar y que te ignoren”, afirmó Berry. “Entiendo el trauma de la vida que te hace querer luchar, necesitarlo y tener que hacerlo”.

No solo ganó ese asalto, sino que además parece que Netflix estaba en su esquina, ya que pagó más de 20 millones de dólares por la película, según informes de la prensa especializada. Tomado del NYTimes.