Los Pilares de la Creación han fascinado al mundo desde su descubrimiento en 1995, y no es de extrañar. Esta maravillosa estructura parece sacada de un producto de fantasía, pero frecuentemente la naturaleza, y especialmente el espacio, resultan ser los artistas más creativos.
Ahora, tras años de investigación y más de una oportunidad para ser fotografiados, la NASA nos acerca otra gran experiencia: nos permite volar entre ellos gracias a un modelo de visualización en 3D que convierte estas imponentes estructuras celestiales en un espacio explorable para el público general.
Mediante datos de los telescopios espaciales Hubble, su descubridor, y también del James Webb, la NASA ha creado una detallada secuencia en múltiples longitudes de onda de luz que permite apreciar su tridimensionalidad, además de observar aspectos muy distintos del mismo cuerpo: desde la vista de luz visible, y también de luz infrarroja. Estas diferentes perspectivas nos permiten comprender mejor el Universo.
¿QUÉ SON LOS PILARES DE LA CREACIÓN?
Ubicados en el corazón de la Nebulosa del Águila, a una distancia de aproximadamente 6.500 millones de años luz de nuestro planeta, se alzan cuatro imponentes estructuras en forma de dedo compuestas principalmente de gas frío de hidrógeno molecular y polvo cósmico.
A simple vista, estas pueden parecer formaciones de roca similares a las que encontraríamos en algunos rincones de la Tierra, nos producen cierta sensación de familiaridad, pero nada más lejos de la realidad: dentro de cada una de ellas pueden formarse nuevas estrellas. Eventualmente, estas serán impulsadas con fuerza hacia el exterior de la nube.
Para que podamos hacernos una idea de su enorme magnitud no hace falta más que compararlas con la distancia que nos separa del Sol: el pilar más alto se extiende a lo largo de tres años luz, el equivalente a tres cuartas partes de la distancia entre el Sol y la Tierra.
Sin embargo, estos enormes pilares están siendo constantemente erosionados por los fuertes vientos interestelares y la luz ultravioleta que reciben de estrellas cercanas.
UN PASEO POR la nebulosa del águila
Más allá de dejarnos maravillar por la belleza de estas imágenes, es interesante tratar de entender qué es lo que estamos viendo y las implicaciones que este proyecto supone a nivel científico. ¡Te lo explicamos!
El vídeo no contiene una simple recreación artística de los Pilares de la Creación, sino que nos muestra imágenes de estas estructuras bajo dos tipos distintos de luz. Por un lado, el Hubble muestra los objetos a través de la luz visible, destacando aquellos que alcanzan los miles de grados. Por otro, el James Webb usa luz infrarroja que permite ver los cuerpos más fríos y atravesar la formación de polvo.
Esto nos permite realizar una comparación entre ambas, donde se aprecia claramente que los distintos tipos de luz destacan aspectos diversos del mismo panorama celestial. Por tanto, al combinarlos se alcanza un gran nivel de detalle y una visión más completa. Es por este motivo que a menudo se usa más de un instrumento astronómico para estudiar el mismo cuerpo celeste.
Por último, cabe destacar que las imágenes recientemente proporcionadas por la NASA nos acercan a los Pilares de la Creación hasta el punto de poder observar distintas etapas del proceso de formación de las estrellas: en el extremo superior de uno de los dedos vemos un brillo rojo que corresponde a una protoestrella en su etapa infantil, en el pilar izquierdo observamos la expulsión de un chorro de material que indica el nacimiento de una estrella, y muy cerca, visto bajo luz infrarroja, brilla una nueva estrella.