Elon Musk confirmó este sábado que SpaceX prepara su cuarto vuelo con Starship, el cohete más grande y poderoso del mundo que se considera una de las mayores promesas en la industria.
Según apuntó el empresario, el evento ocurrirá en las próximas tres a cinco semanas y tendrá metas más ambiciosas que los pasados vuelos. “El objetivo es que la nave supere el calentamiento máximo o, al menos, llegue más lejos que la última vez”, escribió en una publicación.
Starship mide unos 120 metros de altura y se compone de dos partes: el propulsor Super Heavy, con 33 motores, y sobre él la nave en cuestión, que es la que da el nombre a todo el cohete. Según los expertos, supera ampliamente las características del Saturn V, que llevó a Neil Armstrong a la Luna. Además, a diferencia de los Falcon, este modelo fue construido para ser más reutilizable y que los lanzamientos puedan ser cada vez más frecuentes y por menos dinero.
La firma ya realizó tres vuelos previos aunque las dos primeras misiones terminaron rápidamente en explosiones. Una fue en abril de 2023 pero los expertos se vieron obligados a hacer estallar la nave a los pocos minutos dado que las partes no lograron separarse. Cayó en forma de bola de fuego y se estrelló en la zona del Golfo de México. La siguiente ocurrió en noviembre del mismo año y consiguió resultados ligeramente mejores ya que el propulsor logró desvincularse de la nave y ésta alcanzó una altitud de 150 kilómetros -superando el borde del espacio- pero ambos explotaron sobre el océano posteriormente.
Estas fallas obligaron a la Administración Federal de Aviación a examinar los sistemas de la nave para proteger la seguridad pública y disminuir los impactos ambientales durante las pruebas.
La tercera, sin embargo, fue mucho más exitosa, consiguiendo la trayectoria más larga hasta el momento.
El pasado 14 de marzo, Starship despegó y, poco después, se separó del propulsor y alcanzó una órbita cercana en el espacio. No obstante, la empresa informó que, alrededor de las 10:30 horas de Nueva York -es decir, una hora después del lanzamiento en Texas- perdió la nave durante su regreso a la Tierra. En total, la trayectoria duró unos ocho minutos, el tiempo suficiente para llegar al espacio aunque no para alcanzar velocidades orbitales. Fue, de todas formas, casi el doble de lo conseguido en el primer intento.
Con estas pruebas, SpaceX está trabajando y ajustando su dispositivo para poder cumplir con su objetivo final que es transportar seres humanos a destinos más profundos del espacio, como Marte. Inclusive, la compañía ya tiene un contrato con la NASA para realizar este tipo de misiones a la Luna.
Asimismo, una vez alcanzado su pleno funcionamiento, Starship podrá también transportar grandes cantidades de agua fuera del planeta y lanzar los satélites de Internet de Starlink, también ligada a Musk.
En línea con estas metas, SpaceX quiere construir una instalación de lanzamiento en su plataforma del Centro Espacial Kennedy, en Florida, desde la que pueda realizar hasta 44 despegues de naves estelares por año. “El concepto de operaciones Starship-Super Heavy ha evolucionado desde el alcance original. SpaceX ahora propone construir infraestructura de lanzamiento adicional no contemplada anteriormente” para lo que ya hay un “diseño avanzado”, comentó la FAA sobre este anuncio que busca sumar una nueva sede a la de Boca Chica.
(Con información de Reuters)