¿Quién no se la ha pasado en casa durmiendo la siesta después del desayuno o de una buena comida en los días de descanso? Si bien en muchas ocasiones el dormir por poco tiempo durante el día es consecuencia de alguna actividad que generó agotamiento, sea físico o mental, en ocasiones simplemente es por aburrimiento o falta de actividades.
Es a causa de este tipo de siestas que podrían surgir los problemas, principalmente de salud, especialmente para los individuos que no tenga una regulación del sueño y requieran asistencia médica para poder llevar a cabo los descansos durante la noche y, por ende, terminan durmiendo en un horario diurno.
Es por ello que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desmintió las ideas que rodean a las siestas y emitió una alerta sobre las mismas pues en algunos casos determinados podrían ocasionar problemas de salud graves como alguna afectación cardiovascular, por mencionar un ejemplo.
Múltiples creencias giran en torno a las siestas como que son buenas siempre y cuando se esté en crecimiento y desarrollo físico, otros más consideran que no lo son porque causa una sensación de letargo durante el día e inclusive existen personas que creen que puede generar dolores de cabeza.
Otro puñado de personas establecen como válido que son benéficas porque ayudan a generar una mayor concentración y, de acuerdo a las ideas de Winston Churchill (político británico que estuvo al mando del ejército durante la Segunda Guerra Mundial), lo ayudaba a tomar mejores decisiones.
Sin embargo, de acuerdo con lo emitido por la UNAM, existen beneficios de tomar una siesta, pero en momentos y lugares específicos bajo circunstancias determinadas, pero al no realizarse así puede generar problemas de salud y mentales como la alteración del sueño, acciones realizadas con torpeza y sensación de adormecimiento.
Pero no son todos los riesgos, sino que, de acuerdo con Yereth Torres (académica de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM) realizar siestas fuera de un ambiente no controlado podrían incrementar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, además explicó que existen hipótesis que relacionan las siestas con el Alzheimer pues se puede perder una proteína de la cual su ausencia está relacionada con la pérdida de memoria.
Por lo tanto, consideró que se debe acudir al médico para que concluya si la persona en cuestión puede tener beneficios de tomar siestas de 30 minutos máximo o en caso contrario tener un aumento en los problemas de salud.
Esto fue lo que comentó la investigadora:
“Las siestas no son para todos, pues incrementan el riesgo cardiovascular. Es ideal para quienes se sienten cansados… realizaron alguna actividad física no planeada dentro de su rutina… o alguna actividad nocturna… mientras estudios recomiendan siestas está documentado que muchas al día y de forma prolongada se genera una predisposición al Alzheimer”.
Según la especialista en sueño de la UNAM, existe una parte del día ideal para aquellos que deseen tomar una siesta sin exponerse a los daños físicos que puedan ocasionar; sin embargo, también se debe tener un ambiente ideal alrededor para que esto ocurra de la manera en que se desea, pero cuál es.
El primer punto a considerarse es que no debe ser mayor a 30 minutos para no entrar en un sueño profundo. Relacionado con esto debe ser entre las 13:00 y las 15:00 horas pues baja “el umbral de vigilia”, y finalmente debe ser en un lugar que genere comodidad y tranquilidad, asimismo debe estar a oscuras y aislado de cualquier tipo de ruido.