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«Nos enamoramos de ‘Emilia Pérez'», dicen la cantante francesa Camille y su pareja, el compositor Clément Ducol, sobre el filme musical del director Jacques Audiard, la historia de un narco mexicano que quiere cambiar de sexo y que se perfila como una de las favoritas para ganar la Palma de Oro en Cannes.
La película, que ha recibido muy buenas críticas, fue rodada en español y está protagonizada por la actriz española trans Karla Sofía Gascón y las intérpretes estadounidenses Zoe Saldaña y Selena Gomez.
La historia de «Emilia Pérez» ocurre en México, pero fue filmada en Francia, mayoritariamente en unos estudios en las afueras de París.
Es un musical en toda regla, con espectaculares números de baile y numerosas canciones integradas en la narración. La banda sonora incluye múltiples estilos, desde la electrónica hasta melodías más clásicas, folclore y mariachis.
El reto de crear la música para este proyecto monumental era máximo para esta pareja de músicos que nunca ha estado en México.
«Me encantan los idiomas. Había hecho español en la escuela y esta oportunidad de cantar y escribir en español, para mí que canto en francés y en español, me puso muy contenta», explica Camille a la AFP.
Pero querían evitar crear una mala versión del idioma y de la rica música mexicana.
«No queríamos hacer una falsa música mexicana. Nuestro interés era tener una mirada personal sobre la mexicanidad y México», apunta Clément Ducol.
La música fue fluyendo hasta que, con el tiempo, «encontramos nuestra marca, nuestro estilo sonoro, en los arreglos, en la construcción de la orquestación, y también en el estilo», agrega.
Al comienzo del proceso, que ha durado cuatro años y medio, fue fundamental el elenco.
«Los conocimos para saber si les gustaba cantar, cuál era su tesitura, cómo cantaban, y si podía funcionar», dice Camille.
Cada una de las protagonistas tenía su particularidad.
Zoe Saldaña «tiene una auténtica cultura con base hispano-estadounidense. Se nota en su canto, es muy blues», comenta la cantante sobre la actriz de «Avatar». Selena Gomez «tiene una voz muy suave, con influencias del pop. Su trabajo tiene mucha producción», por lo que la llevaron hacia un sonido más «rústico», prosigue.
Con Karla Sofía Gascón, que no es cantante, «construimos con ella la voz del personaje». Y la mexicana Adriana Paz, tiene «un canto amplio, rítmico, fácil», describe Camille.
Trabajar con los actores fue muy gratificante para esta artista que se dio a conocer en 2005 con el álbum «Le fil», donde utilizaba su voz de una forma innovadora.
«Ha habido un gran trabajo de transmisión, de puesta en servicio, que me ha hecho crecer», admite.
Para conseguir integrar completamente la música y la danza con la historia, tuvieron que trabajar estrechamente con el equipo de Audiard.
«Es como una trenza con tres mechas. Una mecha, la música, otra, el guión, y otra los actores», resume.
El resultado es un poderoso musical, que trata el tema de la transición de género pero también la realidad mexicana del narcotráfico.
«Es valiente de la parte de Jacques Audiard tratar esta historia y hablar, aunque sea de telón de fondo […] de la violencia, el narcotráfico, pero mostrar esto como en una bandeja de plata, bajo la forma de musical», afirma Ducol.