Las Grandes Ligas han sido arrastradas a la discusión sobre la injusticia racial. Y su respuesta ha sido absolutamente irregular.
Algunos equipos han jugado, otros no. Ciertos jugadores individuales se han ausentado de los encuentros cuando sus equipos han decidido disputarlos.
Y los integrantes de dos clubes decidieron salir al terreno, escuchar el himno nacional y marcharse sin jugar.
Pero en todo el béisbol, un tema quedó claro: No es posible eludir las conversaciones ni las decisiones potencialmente complicadas sobre temas sociales. Aunque el proceso sea imperfecto, hubo consenso de que los coaches, peloteros y equipos deben pronunciarse.
«Esto está ahora en el escenario principal», comentó Tony Kemp, pelotero de cuadro de Oakland, quien es negro. «Al negarnos a participar en el juego de esta noche, creo que colocamos apenas un ladrillo de lo que queremos construir. Este par de días marcan un momento histórico en el deporte. Un día, nuestros hijos van a mirar hacia atrás y nos van a preguntar qué pasó, qué hicimos para generar conciencia sobre esos asuntos en el mundo y vamos a decir: ‘Decidimos no jugar'».
Los Atléticos decidieron no jugar en Texas. Ése fue uno de los siete encuentros que no se realizaron el jueves.
Se pospusieron también los encuentros entre los Filis de Filadelfia y los Nacionales en Washington, los Mellizos de Minnesota ante los Tigres en Detroit, los Rockies de Colorado contras los Diamondbacks en Arizona y los Medias Rojas de Boston ante los Azulejos en Buffalo, Nueva York.
Algunos juegos se realizaron como estaba previsto, incluso con dobles carteleras para compensar las posposiciones del miércoles.
En cuanto a los Mets de Nueva York y los Marlins de Miami, ingresaron en el terreno, guardaron silencio por largos segundos, colocaron una camiseta del movimiento «Black Lives Matter» sobre el plato y se retiraron.
Se interpretó el himno nacional, y los integrantes de ambos equipos lo escucharon de pie.
Las decisiones de no disputar los encuentros del jueves en la noche, surgieron un día después de que tres duelos de las Grandes Ligas se pospusieron en respuesta al caso en que la policía hirió gravemente a tiros a un ciudadano negro en el estado de Wisconsin, el fin de semana pasado.
«Respetamos la decisión de los jugadores de los Atléticos de Oakland, que han pospuesto el juego de esta noche», manifestaron los Rangers en un comunicado, menos de tres horas antes del momento en que debería realizarse el primer pitcheo. «Estamos con todos los que condenan la injusticia racial y nos encontramos comprometidos con ayudar a que termine el racismo sistémico».
Después del encuentro del miércoles por la noche, el manager de los Atléticos, Bob Melvin, dijo que su equipo había conversado acerca de si iba a participar en ese juego.
Melvin precisó que esas conversaciones fueron «algo apresuradas», pero comentó que, unidos, los peloteros habían decidido jugar y «luego hablar más como grupo».
El último de los cuatro encuentros de la serie iba a ser transmitido a nivel nacional por la cadena principal de Fox.
Chris Woodward, manager de Texas, comentó que hubo algunas conversaciones con sus peloteros antes del juego del miércoles y que habían aceptado participar. Comentó que los Rangers iban a manifestar su «apoyo pleno» a cualquier jugador que decidiera ausentarse del duelo o a los Atléticos, si decidían boicotear el compromiso, como al final ocurrió.
El jueves, se pospusieron los juegos Cincinnati-Milwaukee, Seattle-San Diego y Dodgers-San Francisco. Los tres duelos se realizaban el jueves, en dobles carteleras.
Algunos peloteros, como Jack Flaherty de San Luis, se mostraron frustrados por el hecho de que no hubiera una respuesta unificada.
«Es duro, porque ayer pudo haber sido el día de una acción en todas las Grandes Ligas, y no ocurrió», dijo el as de los Cardenales. «Ojalá que sí ocurriera hoy, pero no parece que vaya a pasar tampoco».