Nueva York. – El presidente Luis Abinader ponderó hoy la histórica identificación de la diáspora dominicana con la construcción de la democracia y la libertad en el país, así como su decidida contribución para desterrar la dictadura de Trujillo e implantar los valores democráticos.
Aseguró que, como presidente de la República Dominicana, está altamente comprometido con todos y cada uno de los dominicanos de la diáspora, a quienes manifestó que hará “todos los esfuerzos necesarios para su protección y reconocimiento”.
Recordó que, fue en año 1961, cuando un grupo de conjurados, con decisión patriótica, pudo cristalizar los deseos de libertad y democracia de toda una nación, y observó, que decenas de refugiados políticos empezaron a organizarse en el exilio, “desde esta misma ciudad en la que hoy nos encontramos”, precisó.
El mandatario dominicano habló al participar en la exposición internacional “1961: año de la libertad” en esta ciudad de Nueva York, que recuerda la lucha heroica de hombres y mujeres que con firmeza y valor decidieron acabar con la cruenta dictadura de 31 años del régimen de Rafael Leónidas Trujillo.
Abinader dijo que en reconocimiento a los valientes que participaron desde la ciudad de Nueva York en la organización de la resistencia contra el régimen, a los que volvieron al país al momento de la restauración de la democracia, y en homenaje a los que se quedaron en esta ciudad para dar forma a una comunidad dominicana unida estrechamente a su país, orgullosa de su historia y forjadora de su propio futuro, “es la razón por la que hemos querido empezar este recorrido internacional de la exposición “1961: año de la libertad”.
Resistencia contra la Dictadura
El presidente Luis Abinader recordó que la resistencia contra la dictadura, empezó a ser forjada con centenares de hombres y mujeres exiliados por el régimen, quienes vieron en Estados Unidos, y muy particularmente en la ciudad de Nueva York, un lugar para la paz, la convivencia pacífica y la protección de sus familias y la de su propia vida.
En ese contexto, enfocó que, “esos hombres y mujeres, como el gran poeta Héctor J. Díaz, uno de nuestros más reconocidos y recordados hombres de letras de nuestro país, fueron los que dieron origen a la gran comunidad dominicana que hoy reside en Nueva York y en otros lugares del mundo”.
El mandatario dominicano estableció que aquellos exiliados políticos son el germen de una diáspora de más de dos millones de compatriotas que forman uno de los pilares más importantes de la dominicanidad, y especialmente, porque conocen el valor del sacrificio de tener que vivir lejos de la tierra que los vio nacer y porque se han comprometido desde siempre con el crecimiento y el desarrollo de la República Dominicana.
La Noche del 30 de mayo
Refirió que la noche del 30 de mayo de 1961, y tras más de treinta años de resistencia contra los desmanes del régimen político más sanguinario de cuantos hayamos conocido en nuestra historia, un grupo de patriotas empuñó las armas de la justicia y disparó contra la encarnación del terror y la tiranía que había sometido bajo el pesado yugo de la dictadura a todo un pueblo.
El presidente Luis Abinader expuso que la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina fue la máxima expresión del terrorismo de Estado, perpetrado de forma despiadada contra su propio país.
Manifestó que el régimen atacó desde el primer momento toda resistencia, dentro y fuera del país, acallando las voces disidentes que surgían por doquier. “Y condenó al ostracismo a quienes no quisieron sumarse a sus pretensiones de desmantelamiento de la democracia y de la libertad”, enfatizó.
Dijo que la represión, acecho y persecución sistemática, exilio y desapariciones forzosas, secuestros, torturas y asesinatos sumarios son el escalofriante resumen del régimen trujillista.
Ello representa, agregó, nuestra historia más abominable, nuestra historia más oscura.
Miedo y Terror
El presidente Abinader recordó que la dictadura Trujillista impuso el miedo, que permeó todos los estratos de la vida social, y el culto al líder se impuso a sangre y fuego.
En ese aspecto, añadió que Trujillo desarrolló una política de expropiación contra las familias dominicanas, adjudicándose para sí y para los suyos los beneficios del trabajo de los hombres y mujeres de nuestro país.
“Su racismo le llevó a realizar una de las matanzas más atroces de todas las conocidas en América Latina en la primera mitad del siglo XX. Fue brutal en el pisoteo a los derechos humanos”, planteó el gobernante dominicano.