En los últimos meses, el sarampión está resurgiendo en varios países que consideraban que la enfermedad había sido erradicada.
Solo entre enero y marzo de 2019, los casos del virus en todo el mundo aumentaron en 300% con respecto al mismo periodo de 2018, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La enfermedad lleva al menos un par de años aumentando su incidencia, en comunidades con problemas de acceso a la inmunización, pero también en países como EE.UU., que ya la había erradicado en 2000.
Lo mejor manera de prevenirla es ponerse la vacuna contra el sarampión, que según la OMS, redujo la incidencia de la enfermedad en 84% en todo el mundo entre 2000 y 2016.
Aquí te contamos algunos detalles prácticos de la inmunización contra este virus altamente contagioso.
1. ¿Cuántas dosis se necesitan?
La OMS recomienda recibir dos dosis de la vacuna contra el sarampión, que suele venir en un trío junto a la protección contra las paperas y la rubeola.
Los niños deben recibir la primera dosis de la vacuna, conocida como MMR (por las siglas de las tres enfermedades en inglés) o triple vírica, entre los 12 y los 15 meses de vida. El refuerzo debe ponerse entre los 4 y 6 años de edad.
Si no se ponen las vacunas en este periodo, los niños más grandes deben recibir las dos dosis con al menos 28 días de diferencia.
De acuerdo con los Centros de Control de Enfermedades (CDC), de EE.UU, una dosis sola de la MMR es 93% efectiva y dos dosis son 97% efectivas.
Esto se debe a que entre un 2% y 5% de la población no se vuelve inmune al sarampión con solo una inyección, de acuerdo a organizaciones médicas.
2. ¿Los adultos también pueden o necesitan vacunarse contra el sarampión?
Sí. Los jóvenes estudiantes que no se hayan vacunado deben ponerse dos dosis de la vacuna, con 28 días de diferencia como mínimo, de acuerdo a los CDC.
Los adultos nacidos después de 1957 que nunca se hayan vacunado, deben ponerse al menos una dosis.
3. ¿Qué pasa si no te acuerdas que ya te vacunaste y te vacunas otra vez?
No pasa nada. El profesor William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas y vacunas de la Universidad Vanderbilt, dijo a la cadena estadounidense NPR que si ya recibiste las dos dosis y te ponen una tercera, la inyección «no te ayudará mucho, pero tampoco te hará daño».
«Si eres susceptible a contagiarte, te dará más un 90% de protección», aseguró.
Si quieres salir de dudas, un análisis de sangre puede aclarar si eres inmune al sarampión o no.
¿Qué es el sarampión?
El sarampión es un virus altamente infeccioso que se propaga a través de la tos, los estornudos o el contacto directo.
Puede permanecer en el aire o en las superficies durante horas.
A menudo comienza con fiebre, malestar, dolor en los ojos y tos seguida de una fiebre creciente y erupciones cutáneas.
En su forma más leve, el sarampión hace que los niños sientan un gran malestar que, con tratamiento, desaparece entre los siete y los 10 días. Complicaciones como infecciones del oído, convulsiones, diarrea, neumonía e inflamación cerebral, son comunes.
La enfermedad alcanza más gravedad en las personas muy jóvenes, los adultos y aquellos con problemas inmunológicos.
4. ¿Quién no debe ponerse la vacuna?
Las embarazadas, las personas que tengan alergias a alguno de los componentes de la MMR, que tengan el sistema inmunológico debilitado por alguna otra enfermedad, que tengan problemas hematológicos, que tengan tuberculosis, entre otras.
5. ¿Tiene la vacuna efectos secundarios?
La vacuna contra el sarampión es efectiva y segura, afirma la OMS, y no causa autismo.
Sin embargo, después de vacunarse algunas personas pueden presentar efectos secundarios como un poco fiebre, dolor o enrojecimiento en el área de la inyección.
Entre los efectos más serios, pero poco comunes, las personas podrían experimentar dolor articular, sangrado, convulsiones, sordera y daños cerebrales.
Pero vacunarse siempre es más seguro que contraer sarampión, dicen los CDC.
6. ¿Quién no necesita la vacuna?
En teoría los nacidos antes de 1957 no necesitan la vacuna. Cuando nacieron, no existía la inmunización contra el sarampión y puede que ya hayan sufrido el virus, por lo cuál ya estarían protegidos.
Algunas investigaciones señalan que entre 95% y 98% nacidas antes de 1957 son inmunes al sarampión, de acuerdo con la Coalición de Acción de Inmunización, de EE.UU.