Los aranceles estadounidenses están impulsando a las empresas a trasladar parte de su producción fuera de China, pero no hacia donde el presidente estadounidense, Donald Trump: la preferiría del gigante asiático.
La guerra comercial ha hecho que más de 250,000 millones de dólares en exportaciones chinas sean más caras para los estadounidenses, desde cinturones de cuero hasta refrigeradores y motocicletas. La disrupción de la mayor relación comercial del mundo ha hecho que fabricantes de productos electrónicos, productores de maquinaria industrial y marcas de moda estén trabajando en trasladar algunas de sus líneas de montaje.
“Estamos inundados por consultas”, dijo William Ma, director gerente de Kerry Logistics, una empresa con sede en Hong Kong que ayuda a las empresas de todo el mundo a gestionar sus cadenas de suministro. “Todo sucede a partir de la guerra comercial”.
Muchas firmas están manteniendo gran parte de sus operaciones en China, que ofrece un gigantesco mercado interno y ventajas que las empresas tienen dificultades en encontrar en otros lugares. Pero aquellos que se están mudando no están acudiendo a Estados Unidos. En cambio, están buscando transferir el trabajo a otros países asiáticos.
En una encuesta reciente realizada por dos cámaras de comercio estadounidenses en China, un tercio de las compañías que respondieron dijeron que estaban buscando trasladar la producción fuera de China como resultado de la guerra comercial. Solo el 6% dijo que estaba considerando mudar su negocio de vuelta a Estados Unidos.
Asia, no Estados Unidos
En algunas industrias, los aranceles han acelerado el cambio de la manufactura desde China hacia otros países en el sudeste asiático, donde la mano de obra es más barata.
Steve Madden, cuyos bolsos se han visto afectados por un arancel del 10%, dice que trasladará una parte significativa de su producción a Camboya y otros países. Actualmente, la compañía fabrica alrededor del 85% de sus bolsos en China, una cifra que podría caer a 50% o 60% el próximo año.
“El cambio se debe casi en su totalidad al conflicto comercial entre Estados Unidos y China”, dijo el presidente ejecutivo de Steve Madden, Ed Rosenfeld, a Alison Kosik, de CNN. “Tenemos que prepararnos como si las tarifas fueran a ser la nueva normalidad, pero tenemos la esperanza de que prevalezca el sentido común”.
Las marcas de tecnología de consumo también están mirando hacia el sudeste asiático. Hugh Lo, vicepresidente de la división de consumo del New Kinpo Group de Taiwán, que fabrica productos electrónicos para clientes como Toshiba y Samsung, dice que se ha visto inundado por las consultas de empresas interesadas en transferir su fabricación fuera de China.
Hace un año, su equipo recibía una consulta por semana, dijo. Ahora, son “quizás 30 veces más”.
Dijo que los fabricantes de televisores y consolas de videojuegos han estado particularmente interesados en reubicarse. Se negó a nombrar empresas individuales.
Grandes proveedores industriales también se han visto gravemente afectados, y muchos de sus productos están sujetos a los nuevos aranceles.
Toshiba Machine dijo que trasladará parte de su producción de equipos de moldeo por inyección de Shanghái al extranjero, y el fabricante de maquinaria Komatsu dijo a CNN que planea cambiar algunas de sus líneas de montaje a Japón o México.
Nathan Resnick, cuya empresa Sourcify, con sede en San Diego, ayuda a miles de empresas a colocar pedidos en fabricantes en toda Asia, también ha notado un claro cambio respecto a China este año.
En enero, las fábricas chinas suministraron hasta el 90% de los pedidos que su compañía ayudó a colocar en industrias como textiles y electrodomésticos. Ahora, estima que la cifra ha caído en picada a alrededor del 50%, y el enfoque se ha movido a países como Tailandia, Vietnam y Filipinas.
“Realmente ha sido recientemente”, dijo Resnick a CNN. “No fui a ninguno de esos países el año pasado”.
Salir de China no es fácil
Muchas compañías no están dispuestas a abandonar China, lo que tiene una serie de ventajas para las industrias manufactureras que se extienden por toda Asia.
Muchos de los productos que las empresas estadounidenses exportan de China tienen que cumplir con requisitos exactos y requieren equipos especializados y trabajadores altamente capacitados, de acuerdo con Harley Seyedin, presidente de la American Chamber of Commerce in South China.
“Sus cadenas de suministro no se pueden ajustar en poco tiempo”, dijo Seyedin a CNN. China también cuenta con mejores carreteras, puertos y redes eléctricas que la mayoría de los países del sudeste asiático.
“China simplemente tiene una gran infraestructura”, dijo Resnick. “Si vas a algunas de estas áreas en Filipinas o Vietnam, y [notas que] el terreno que rodea a la fábrica no está desarrollado en absoluto”.
Comenzar desde cero en otro país es un paso importante.
Los ejecutivos estiman que podría tomar hasta dos años construir una nueva fábrica. Además, están los desafíos de navegar a través de la burocracia local y capacitar al nuevo personal para cumplir con los estándares de la compañía.
“Toma tiempo”, dijo Ma en Kerry Logistics. “Las cosas no se pueden hacer de la noche a la mañana”.
vía:expansión.mx