Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco, continuando su regreso a las apariciones públicas después de una infección respiratoria reciente, se dirigió inesperadamente a los fieles en la Plaza de San Pedro el Domingo de Ramos, ofreciendo oraciones por las víctimas del devastador colapso del club nocturno en Santo Domingo, República Dominicana.
El pontífice, que apareció en una silla de ruedas y sin la necesidad de oxígeno suplementario, saludó a las multitudes al comienzo de la Semana Santa. A pesar de delegar la lectura de su homilía debido a su recuperación de voz en curso, el Papa Francisco se hizo un punto para conectarse con los peregrinos y los fieles reunidos en la plaza.
Durante la oración tradicional de Angelus, que una vez más se publicó en forma escrita, el Papa recordó a las 226 personas que perdieron trágicamente la vida cuando el techo del club nocturno de Jet Set en Santo Domingo colapsó. Pidió que «Dios les diera la bienvenida a su paz» y ofreció su apoyo a sus afligidas familias.
El Papa Francisco imploró específicamente: «Hermanos y hermanas, les agradezco mucho por sus oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios». Luego agregó: «Te pido que confíes conmigo al Señor todos los que sufren, especialmente aquellos afectados por la guerra, por la pobreza o por desastres naturales. En particular, que Dios sean con la bienvenida a su paz, las víctimas del colapso de un local en Santo Domingo y sostengan a sus familias».
Este conmovedor recuerdo se produjo cuando la República Dominicana continúa llorando el evento catastrófico, que ha sido descrito como el peor desastre civil en la historia de la nación. Las palabras del Papa Francisco ofrecen un mensaje de consuelo y solidaridad durante este momento difícil.
La aparición del Papa en el Domingo de Ramos marca un paso significativo en su recuperación después de ser hospitalizado durante 38 días con una infección respiratoria severa. Su decisión de incluir a las víctimas de la tragedia de Santo Domingo en sus oraciones del Domingo de Ramos subraya el alcance global de su compasión y su preocupación por los afectados por la tragedia y la pérdida.
