Santo Domingo—Ceratitis capitadaconocido como el mosca mediterránea de la fruta, es considerado uno de los mayores enemigos de la agricultura. Ataca a más de 200 especies frutales, como el mango, el aguacate, la guayaba y la mayoría de los cítricos, llegando incluso a hortalizas como la berenjena.
El Ministerio de Agricultura detectó un foco en Los Corales, Punta Cana, provincia La Altagracia. Por lo que activó un protocolo de emergencia en el perímetro de detección a través del Programa Nacional de Vigilancia y Control de Moscas de la Fruta.
Pero ¿Qué se sabe sobre esta plaga agrícola?
El mosca mediterránea Es un insecto de amplia distribución geográfica, procedente del África subsahariana, desde donde se ha extendido a otras zonas templadas, subtropicales y tropicales de los dos hemisferios, explica el ingeniero agrónomo Fernándo García Marí.
CICLO BIOECOLÓGICO
El especialista García Marí explica que las hembras de la mosca del Mediterráneo ponen huevos perforando la piel de los frutos, que, al cabo de dos o tres días, se transforman en larvas o gusanos.
El larvas eclosionan dentro de la fruta y se alimentan de la pulpa, provocando que se pudra.
“Este desarrollo se completa entre siete y diez días, cuando dejan el fruto, caen al suelo, se entierran y transformarse en pupas o cogollos”, según el catedrático de Ecosistemas Agroforestales de Valencia.
Al emplearla, la larva deja de moverse, alcanzando una inmovilidad total. Luego, en ese estado, “comienza una metamorfosis que culmina en unos diez días si la temperatura se mantiene uniforme en 22 grados centígrados”.
El experto explica que el El adulto emerge de la pupa. y tarda dos o tres días en alcanzar la madurez sexual. Una vez logrado esto, se produce la cópula.
“Cuatro o cinco días después apareamiento, la hembra está en condiciones de poner huevos. El desarrollo de huevo a adulto puede ocurrir en menos de tres semanas o durar hasta tres meses o más cuando se presentan condiciones desfavorables”, dice.
El adulto vive bastante tiempo, de uno a dos meses; en ese tiempo, la hembra puede poner hasta 300 huevos en grupos de cuatro a ocho.
“Con estos parámetros, la capacidad de multiplicación del insecto es de 0,14 hembras por hembra y día, lo que supone que el número de insectos se duplica cada cinco días en ausencia de factores de mortalidad”, según el documento “La mosca del Mediterráneo”, extraído del libro del ingeniero agrónomo García Marí, titulado “Plagas agrícolas .”
APARIENCIA EXTERNA
El documento describe que los adultos miden 15 milímetros, con el tórax negro brillante y características manchas blancas. El abdomen es marrón con bandas claras. Tiene dos alas membranosas, con tres bandas de color amarillo anaranjado que forman el patrón de ala típico del símbolo π (letra griega Pi).
Los huevos son de color blanco cremoso, alargados y con extremos cónicos de menos de dos milímetros de largo. Las larvas miden de 3 a 6 mm de largo y son de color blanco amarillento. Son muciformes (anchos caudalmente y adelgazados gradualmente hacia la cabeza). Las larvas eclosionan dentro del fruto y se alimentan de él. Pasan por tres estadios larvarios hasta llegar al siguiente estadio de pupa. Las pupas adoptan la apariencia de cápsulas de color marrón parduzco con 11 segmentos y miden de 3 a 5 milímetros de largo.
DAÑO
El ingeniero agrónomo García Marí señala que la actividad alimentaria de las larvas provoca la caída del fruto por la descomposición del pulpa, el cual también se ve afectado por el desarrollo de patógenos (principalmente hongos del género Penicillium) que ingresan por los orificios de las picaduras de puesta.
En los cítricos, aunque las larvas mueran antes de completar su desarrollo, la cáscara de fruta se ve afectado, y aparecen manchas o halos amarillentos alrededor del punto de mordida, depreciando el fruto.
además, el comercializacion de frutas que contienen huevos o larvas en desarrollo permite muchas veces la evolución de insectos durante el transporte, lo que provoca pérdidas en el destino debido a la rápida pudrición del fruto.
En el caso de los cítricos, si en campo no se detecta el fruto troceado, las larvas se desarrollan en las cámaras de desverdamiento, lo que puede afectar a frutos adyacentes que no han sido troceados.