Santo Domingo – Iliana Carolina Espinal Marte, de 35 años, dice que su deseo de mejorar su apariencia física a través de la cirugía arruinó su vida.
El 12 de junio acudió al Instituto Médico San Lucas de Santo Domingo para someterse a una abdominoplastia realizada por el cirujano Juan Stanley. Sin embargo, lo que siguió fue una serie de complicaciones que han dejado su salud en un estado crítico.
Espinal relata que luego de la operación, fue abandonada por el médico y quedó al cuidado de su hermana, quien no tenía conocimientos médicos. “El médico me dejó sola”, explicó.
Durante los masajes postoperatorios comenzó a sufrir desmayos y notó que le aparecían ampollas en la piel, lo que el cirujano calificó como “normal”. Además, empezó a sentir un mal olor saliendo de su cuerpo.
Posteriormente, contrajo una bacteria que le provocó granulomas y cuatro hernias umbilicales. “Me destrozaron la vida”, dijo Espinal, describiendo el impacto físico y emocional de su situación.
“Fue realmente terrible”, dijo con los ojos llenos de lágrimas al recordar los peores momentos. Además, se quejó de que cuando tuvo que ser operada nuevamente, el Dr. Stanley le exigió un pago adicional. “Fue un dolor tan terrible que pensé que me iba a dar un infarto”, añadió.
Espinal dijo tener todas las evidencias del momento difícil.
A las complicaciones de salud se suman los altos costos de los tratamientos.
Espinal ha tenido que recibir transfusiones de sangre y someterse a terapias en cámara hiperbárica.
Además, necesita medicamentos cada 21 días, cuyo costo asciende a 3.500 pesos, cifra que ya no puede afrontar. “Me gustaría que me tomaran en cuenta, ya no tengo recursos para seguir dando seguimiento”, lamentó.
Finalmente, Espinal llamó a las autoridades a investigar al cirujano y al centro médico, advirtiendo que no quería que otras mujeres sufrieran la misma experiencia. “No quiero que más mujeres pasen por lo que yo pasé”, concluyó.