Cotuí (EFE).-La peste porcina africana (PPA) amenaza a miles de porcicultores de República Dominicana, que registró su último brote de esta enfermedad en 1978, cuando fueron sacrificados 1,4 millones de cerdos, la población total de entonces.
A finales de julio el Ministerio de Agricultura confirmó «un pequeño brote» de PPA en Montecristi (noroeste) y Sánchez Ramírez (centro), tras los resultados de 389 muestras de cerdos criados en granjas y traspatios enviadas a analizar a Estados Unidos, que terminó prohibiendo la entrada de la carne de cerdo y los productos porcinos desde la República Dominicana.
Las primeras medidas adoptadas por las autoridades fueron prohibir la movilización de cerdos vivos o muertos desde y hacia ambas provincias, donde se colocó un «control militar total en todos los puntos estratégicos», aunque en un recorrido de Efe por Sánchez Ramírez, con una población de 15.000 cerdos, la presencia militar era mínima.
El brote, que ha provocado el sacrificio a nivel nacional de 14.000 cerdos de una población de 1,8 millones, se ha extendido a 14 provincias, incluida la capital, causando desconcierto entre miles de productores, principalmente los más pequeños, que producen alrededor del 30 % de la oferta nacional.
CRÍTICAS Y RESIGNACIÓN
En Sánchez Ramírez han sido sacrificados poco más de 3.700 cerdos, una situación «preocupante» para Renoy Batista, encargado de una granja en Quita Sueño, en Cotuí, el municipio cabecera de esta provincia, donde, asegura, las autoridades mataron 70 cerdos «sin hacer ninguna prueba», según dijo a Efe.
«Llegaron y mataron todos los cerdos, solo dejaron uno para hacer análisis», pero no han vuelto para informar sobre el resultado, contó Batista, quien lleva dos años en la granja.
En tanto, José Luis Bautista Paulino recibe algo resignado la situación por lo que atraviesan los porcicultores.
«Si esa es la forma para acabar con esta enfermedad pues no hay de otra», señaló Bautista Paulino, quien tiene una granja con 53 cerdos en Cevicos, una zona donde todavía no se ha detectado la enfermedad pero que «en cualquier» momento será intervenida por las autoridades, lo que conllevará el sacrificio de «toda» su producción, «algo muy malo» para su familia, dijo a Efe.
La oposición acusa al Gobierno de haber minimizado la situación y no seguir los protocolos adecuados, mientras que desde el Colegio de Veterinarios reprochan a las autoridades por no contactar a estos especialistas a la hora de adoptar las acciones.
SUBE EL MIEDO Y BAJA EL CONSUMO
La peste porcina africana es una enfermedad altamente contagiosa que afecta a los cerdos, pero no a los humanos, sin embargo, su presencia ha causado una reducción en el consumo de esta carne, disparando el precio de otros productos como el pollo.
El Gobierno insiste que es seguro comer carne de cerdo y que está aplicando las normas de los organismos internacionales para contener el avance de la PPA, «pero la gente no está comiendo esa carne aunque se la den gratis», se lamentó Bautista Paulino.
El propio presidente del país, Luis Abinader, se ha dejado ver en público comiendo cerdo, en un claro mensaje de llevar tranquilidad y confianza a productores y consumidores.
Su Gobierno ha pagado 39,7 millones de pesos (unos 789.000 dólares) a 80 porcicultores a quienes les incautó y sacrificó su producción como parte del Programa de Control y Eliminación de la Peste Porcina Africana iniciado por las autoridades.
REACCIONES, ALERTAS Y CONSECUENCIAS
Estados Unidos prohibió la entrada de la carne de cerdo y productos porcinos dominicanos, mientras que China ha advertido que la aparición de la peste porcina africana afectará las relaciones comerciales con la República Dominicana.
Puerto Rico, que es territorio estadounidense, instó asimismo a sus nacionales que viajen a República Dominicana a evitar la compra de alimentos de cerdo y las visitas a granjas del país, mientras el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa) alertó a Centroamérica y México sobre el brote.
El organismo, con sede en El Salvador, instó a «intensificar la inspección de productos y subproductos pecuarios en puertos, aeropuertos y fronteras, para prevenir la peste porcina africana».
Las autoridades dominicanas no ha cuantificado el impacto causado por la PPA, pero ya el Oirsa advirtió que esto «provocaría innumerables pérdidas económicas en la industria porcina».