¿Sabías que cada año en España surgen casi trescientos mil casos nuevos de cáncer? Esto significa que los hombres han de hacer frente a un porcentaje bastante elevado de acabar sufriendo dicha enfermedad, el cual ronda los 40 puntos. La cifra, al hablar de las mujeres, es algo menos mala: alrededor del 28 por ciento.
En definitiva, los casos siguen multiplicándose año tras año. Por suerte, cada cierto tiempo se produce un importante avance en el ámbito de la lucha contra el cáncer. Así lo demuestra la medicina nuclear.
Empresas especializadas en este campo, como por ejemplo Lemer Pax, líder mundial en el ámbito de la protección radiológica, que ofrece una gama completa de productos funcionales y ergonómicos para los personales de un departamento de medicina nuclear, llevan décadas invirtiendo grandes sumas de dinero en Investigación y Desarrollo. Esto deriva en que la tecnología y la ciencia puedan aprovecharse al máximo para dar forma a nuevas soluciones que demuestran ser muy efectivas a la hora de combatir una de las peores enfermedades: el cáncer.
A continuación averiguaremos cuáles son los últimos avances que se han producido en el ámbito de la medicina nuclear. No solo los describiremos, sino que también profundizaremos en los motivos que darán pie a que supongan un antes y un después para los pacientes.
Teragnosis
Pocas veces el nombre de una técnica es tan descriptivo como el de teragnosis. Y es que el término es una combinación de dos aspectos que adquieren una gran relevancia a la hora de combatir el cáncer: terapia y diagnóstico.
Ahora que hemos mencionado el cáncer, llega el momento de profundizar en los tipos para los que dicha terapia puede llegar a ser realmente útil. No solo hablamos de algunos no demasiado agresivos como el de mama, sino también de otros más graves como los neuroendocrinos, los que afectan a la próstata y aquellos que pasan factura a la glándula tiroidea.
Pero, ¿en qué consiste la teragnosis? Básicamente se hace uso de un elemento molecular con el que se procede a llevar a cabo una unión con las células de los tumores, concretamente a través de una serie de receptores.
Dicha molécula se marca con dos elementos distintos en función del procedimiento que pretenda llevarse a cabo. Si se trata de un diagnóstico, la teragnosis aprovecha al máximo las características del radiofármaco. Pero, ¿y si el equipo de profesionales de la salud realiza una terapia? Entonces se utiliza el radionúclido. Lemer Pax apoya este cambio con el TheranojetARA, un sistema blindado garantizando al personal médico una total seguridad durante la inyección.
Sin abordar conceptos demasiado técnicos ni científicos, hay que decir que este último avance de la medicina nuclear es uno de los más importantes porque aumenta al máximo la eficacia de la terapia. ¿Cómo es posible?
En primer lugar, cada dosis de la terapia en forma de radiación se dirige a la afectación, es decir, al tumor. Al mismo tiempo en que se administra, tiene lugar el oportuno seguimiento. El objetivo consiste en saber cómo responde el paciente.
Atrás quedan los tiempos en los que la toxicidad a nivel sistemático alcanzaba unas cifras elevadísimas. Con la teragnosis, el número se ve reducido notablemente. Por si fuera poco, aumenta al máximo el grado de precisión con el que se efectúa el seguimiento del caso en cuestión.
Inteligencia Artificial y radiómica: una combinación novedosa y muy efectiva
La IA ha avanzado a un ritmo vertiginoso en los últimos tres años. De hecho, recientemente Google ha lanzado la plataforma conocida bajo el nombre de Gemini, la cual es muy prometedora al abarcar varios módulos como el de texto, vídeo e imágenes sin centrarse en uno en concreto.
¿Sabías que este tipo de avances también se han producido últimamente en el ámbito de la medicina nuclear? En efecto, tal como demuestra la radiómica. Cada vez son más numerosos los profesionales de la salud que hacen uso de dicha ciencia combinándola con la Inteligencia Artificial. Los resultados obtenidos no pueden ser mejores.
Por el momento, se está experimentando con la mencionada combinación. Aun así, hasta ahora es prometedor todo lo conseguido, sobre todo en lo que respecta a caracterizar el cáncer, predecir el porcentaje de supervivencia y saber cómo responderán los pacientes al aplicarles un tratamiento en concreto.
Conviene destacar que mezclar Inteligencia Artificial y radiómica no solo es positivo pensando en el presente, sino también teniendo en cuenta el futuro de la lucha contra el cáncer.
La disciplina de la radiómica, ayudándose de la gran capacidad con la que cuenta la IA, puede conseguir que se requiera una menor cantidad de tiempo para descubrir tratamientos más efectivos en la lucha contra el cáncer. No es lo único que se acabará reduciendo, ya que también sucederá lo propio con el precio a pagar por cada tratamiento nuevo que se desarrolle.
Tal como sucede en otros sectores que nada tienen que ver con el ámbito de la medicina nuclear, la combinación de radiómica y de la Inteligencia Artificial por ahora solo se aprovecha para apoyar a los expertos a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, por mucho que se produzcan avances, nunca reemplazarán al cien por cien a dichos profesionales de la salud.