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Taiwán inició este lunes sus maniobras militares anuales, con fuego real, en un simulacro de rechazo de un posible ataque chino en un contexto de creciente tensión entre la isla autogobernada de hecho y el régimen comunista de Pekín que la considera como una provincia.
Este año, a diferencia de los anteriores, las fuerzas armadas taiwanesas ya no realizarán los ejercicios en la isla principal del archipiélago, sino en islas periféricas cerca de las cuales operaron en los últimos meses buques de guerra y aviones de combate chinos, indicó el ministro de Defensa taiwanés, Wellington Koo.
Estas maniobras, denominadas «Han Kuang», durarán cinco días y ya no tendrán «fines de demostración», agregó.
Este año también se pondrá a prueba una nueva estructura de mando descentralizada, con el fin de preparar al ejército taiwanés a «la creciente complejidad y las incertidumbres relativas al campo de batalla», detalló el Ministerio de Defensa.
«La situación es más preocupante que antes. Ese tipo de ejercicio destinado a la comunicación es inútil para [mejorar] nuestra preparación», explicó Ou Sifu, experto en conflictos del Instituto Nacional de Investigación de Defensa y Seguridad de Taiwán.
Las tropas taiwanesas, que tradicionalmente conocían el guion de cada maniobra, deberán ahora reaccionar con «espontaneidad» a las situaciones planteadas, en escenarios «más acordes con la realidad», señaló otro experto del área castrense, Su Tzu-yun.
La marina taiwanesa indicó que ya había efectuado por la mañana una «salida de emergencia» desde la costa norte de la isla.
Estas maniobras militares se producen dos meses después de la asunción del nuevo presidente taiwanés, Lai Ching-te, calificado por Pekín de «peligroso separatista».
El Ministerio de Defensa de Taiwán indicó el 11 de julio había detectado 66 aviones militares chinos alrededor de la isla en una ventana de 24 horas, un récord en lo que va de año.