Estos malos momentos y otras consecuencias peores e irreversibles, podrán prevenirse gracias a un collar salvavidas inteligente.
Este dispositivo se coloca alrededor del cuello rodeándolo por completo y se infla automáticamente transformándose en un anillo flotante, situando la cabeza de la persona que lo lleva puesto fuera del agua, cuando existe peligro de ahogo.
El sistema se denomina Wuanap, está patentado a nivel mundial, y la firma que lo desarrolló está gestionando actualmente la financiación para comenzar a industrializarlo.
“Llegará al mercado a mediados de 2021”, adelanta Ignacio Cuesta, fundador de empresa emergente que lo desarrolló (www.wuanap.com), con sede en Madrid, España.
Los componentes básicos de este sistema son un collar inflable de neopreno, una placa base electrónica con diferentes sensores, un sistema de inflado sin cartucho (CO2) y un localizador GPS.
La ‘inteligencia’ del dispositivo consiste en una serie de programas informáticos: un algoritmo que controla los sensores y activa el inflado, y una aplicación informática (‘app’) para el teléfono móvil que permite monitorizar el rendimiento deportivo y contactar con otros usuarios de Wuanap.
INFLADO RÁPIDO COMO UN ‘AIRBAG’ .
Los sensores monitorizan cada décima de segundo, tanto al sujeto como al entorno, y el algoritmo manda una señal al sistema de inflado para activarlo instantáneamente en el caso de que detecte algún patrón que indique una emergencia: inconsciencia, inmovilidad, ataque de pánico, convulsiones, límite de apnea (falta o suspensión de la respiración) o grito debajo del agua.
El collar de neopreno también se infla si su usuario activa el “botón del pánico” manual.
“Cuando Wuanap detecta que su usuario sufre algún problema en el agua, el collar inflable se hincha automáticamente y saca a la superficie a la persona que está sumergida o hundiéndose, garantizando que su cabeza quede fuera del agua y permitiéndole respirar”, explica Cuesta a Efe.
“Una vez inflado, no importa la posición previa, el collar siempre mantendrá tu cabeza en superficie con la barbilla, boca y nariz en el punto más alto posible, lo que permite respirar incluso estando inconsciente”, describe.
“La posición del collar es muy importante para que, en caso de activarse, mantenga siempre la cabeza fuera del agua con la nariz y boca libres. Por ello incluirá un sistema de agarre para que no se mueva de su posición original pase lo que pase, durante la práctica de un deporte o actividad acuática,”, adelanta.
Una vez inflado, el sistema emite una señal GPS avisando del accidente y de su localización, la cual llegará a los servicios sanitarios más cercanos y a la ‘app’ de los usuarios cercanos de Wuanap, de quienes el accidentado podrá obtener ayuda.
MÁXIMA SEGURIDAD EN EL AGUA.
Señala Cuesta que han hecho pruebas con Miguel Lozano, subcampeón del mundo de apnea profunda, quien mide 1,95 metros de altura y pesa unos 95 kilos, a los que les sumaron otros 5 kilos de plomo, y el collar sacó y mantuvo la cabeza del deportista sin problema.
“Hay que tener en cuenta que una persona dentro del agua pesa mucho menos, y por otra parte, cada medida (talla) de collar cuenta con un volumen diferente de inflado para asegurar que funcione siempre correctamente”, apunta.
“La muerte accidental por ahogamiento afecta cada año a cientos de miles de personas y, frente a este problema. No existe un mecanismo de seguridad inteligente que prevenga el ahogamiento de cualquier deportista, niño o equipo de rescate en agua”, según Cuesta.
“Este collar cubre una necesidad básica de seguridad en el agua, respetando la libertad de movimiento del usuario, que hasta ahora no estaba cubierta”, destaca Cuesta.
Se refiere a que “una persona que utiliza un chaleco salvavidas, no puede sumergirse, y esa prenda le resta movimiento libre por su incomodidad, mientras que el collar no reduce capacidad de moverse de la persona”.
Señala que hay tres modelos de Wuanap: para los amantes del deporte acuático (con GPS, ‘app’ y un ‘software’ que analiza la actividad física del usuario), para niños (con GPS y que los padres pueden controlar), y un tercero para que los socorristas, equipos de rescate y militares que asistan a una persona rescatada.
Cada collar es de un solo uso, pero la placa electrónica con sensores, de tamaño reducido y con una batería alimentada mediante carga inalámbrica, va alojada en un bolsillo de collar y puede retirase del collar usado e instalarse en uno de repuesto, concluye.