Cuándo debería preocuparnos el síndrome posvacacional

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Este verano ha sido diferente. Probablemente sean las vacaciones que has cogido con más ganas tras los casi cuatro meses que hemos vivido confinados por culpa del coronavirus. Tras los días de descanso, toca volver a nuestra rutina anterior, a esa ‘nueva normalidad’ que en muchos casos tan poco nos gusta pero que debemos aceptar y aprender a vivir con ella. A ello hay que sumarle esa triste sensación o apatía de otros años de recuperar nuestras rutinas laborales o de colegios.

«Se acaban los periodos vacacionales y comienza una carrera de fondo entre el trabajo, la escuela y la gestión estricta de horarios y rutinas. Es en estos momentos cuando algunas personas experimentan una serie de síntomas, entre ellos, un abatimiento intenso y una desgana por la tarea«, afirma la especialista del servicio de Psicología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa (Sevilla), la doctora Mercedes Gómez Crespo.

A menudo, los pacientes llegan a las consultas con una sensación de malestar, describiendo una serie de síntomas que no saben a qué se deben: “La apatía, la irritabilidad y el abatimiento intenso suelen ser los síntomas más frecuentes del síndrome posvacacional”. Se trata de un trastorno desadaptativo, “un estado emocional que afecta a determinadas personas después de un periodo de descanso en su actividad habitual y cuando tienen que regresar de nuevo a la rutina», explica la especialista.

En general, según explica la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y del Estrés (SEAS), este estrés no es muy intenso para la gran mayoría de las personas, que pueden ver con ilusión la vuelta a su actividad. Eso sí, en estos primeros días de actividad, el rendimiento, la motivación o el interés pueden ser un poco más bajos de lo habitual. “El cansancio puede surgir más fácilmente y el estado de ánimo puede decaer en algunas personas, especialmente a las que les cueste un poco más volverse a adaptar”, añade.

A quién afecta

Según apunta la doctora Gómez Crespo, este trastorno adaptativo o síndrome posvacacional se puede presentar a cualquier edad, aunque los estudios apuntan a que se da con más frecuencia en personas que se encuentran entre los 30 y los 45 años. “Se piensa que este grupo de edad es el más afectado porque dentro de ese rango se sitúan, además, la crianza de los hijos y las mayores expectativas laborales. Como a menudo se tienen unas expectativas excesivamente altas que no llegan a cumplirse, generan frustración», apunta la especialista. Este estado emocional hace que la vuelta a la rutina y a las extensas jornadas laborales resulte «altamente estresante para algunas personas y, al no poder canalizar bien las emociones, se entra en un estado de apatía, de anhedonia y de depresión”, remarca.

Ya existen casos de este síndrome en adolescentes. La posible causa sería la intensa carga lectiva entre la escuela y las actividades extraescolares

Además, desde el servicio de Psicología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, destacan que cada vez es más frecuente encontrar a personas próximas a la jubilación con un síndrome posvacacional bastante acusado: «Esto se debe a que las personas de más edad siguen teniendo inquietudes y se muestran muy activas, dado que en la actualidad hay un mejor estado de salud y se viven más años».

También existen ya casos de síndrome posvacacional en adolescentes y en escolares de más corta edad. A juicio de la especialista del servicio de Psicología, la posible causa sería la intensa carga lectiva que llevan los estudiantes entre la escuela y las actividades extraescolares. “A más corta edad, el signo más común es la irritabilidad y la dificultad para conciliar el sueño”, precisa.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que este síndrome adaptativo tiene lugar durante unos pocos días, durante un breve periodo de tiempo, aunque la especialista advierte de que si los síntomas se extienden más allá de dos o tres semanas, y reanudar las tareas supone altos niveles de estrés, se debe plantear acudir a un especialista. A pesar de la pandemia, «no hay por qué tener miedo a la hora de acudir a la consulta. Los centros sanitarios han diseñado circuitos limpios de coronavirus y, en el caso concreto del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa donde trabajo, cuenta con el certificado de Applus+ Protocolo Seguro frente al covid-19, que corrobora que cumple con los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia”, agrega la especialista.

El ejercicio nos puede ayudar a reducir los niveles de estrés de la vuelta a la rutina.

Con todo ello, la doctora Gómez Crespo considera que las tres principales vías para superar esa apatía frente a la vuelta a la rutina son:

1.- Hacer ejercicio físico. Se segregan endorfinas, que es una hormona reguladora del estado de ánimo positivo, que aporta bienestar al cuerpo y a la mente, y que ayuda a mejorar nuestra salud.

2.- Una dieta equilibrada rica en triptófanos (pollo, queso, huevo o legumbres, entre otros), ya que ayudará a aumentar los niveles de serotonina como precursora de una hormona, la melatonina, fundamental para conciliar el sueño y regular los estados emocionales.

3.- Realizar actividades las horas en que los niños están en el colegio, ya que el síndrome posvacacional también puede afectar a los adultos con la vuelta al cole de sus hijos.

«El mejor modo de prevenir el síndrome posvacacional es realizar durante todo el año actividades placenteras con familia y amigos, aprovechando cualquier momento de descanso para tener unas minivacaciones». También es importante llevar una dieta equilibrada, una actividad física moderada y una buena higiene del sueño. «Tratar en la medida de lo posible de ver el lado positivo de nuestras ocupaciones, teniendo una actitud optimista y favoreciendo dicha actitud en los demás», sentencia la miembro del servicio de Psicología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla.