La lucha por el título de la NBA comenzará mañana, miércoles, cuando Los Angeles Lakers y el Heat de Miami inicien el primer partido de una serie al mejor de siete para definir al nuevo campeón, que recoja la corona en poder de los Raptors de Toronto.
Los históricos Lakers, poseedores de 16 títulos de liga, la segunda mejor dinastía de la NBA, solo superados por los Celtics de Boston (17), parten como grandes favoritos al haber tenido la mejor marca de la Conferencia Oeste, segunda de la liga, y perdido solo tres partidos en su camino hacia las Finales.
Enfrente se encontrarán con el Heat, que tienen tres títulos de liga, y en la burbuja de Orlando, donde el factor ventaja de campo no cuenta, han sido el mejor equipo de la Conferencia Este, con apenas solo tres derrotas antes de llegar al duelo contra los Lakers, el primero para ambos equipos en las Finales.
Pero será el equipo angelino –jugará las trigésimas segundas Finales de su historia– el que parta como favorito a alcanzar lo que sería su decimoséptimo título. Al menos eso es lo que refleja la última hora del mundo de las apuestas.
Los argumentos en favor de los Lakers, que vuelven a las Finales de la NBA por primera vez desde el 2010, cuando ganaron su último título bajo el liderazgo del fallecido Kobe Bryant y el pívot español Pau Gasol, es que cuentan con el alero estrella LeBron James, quien las jugará por décima vez.
James, que tiene en su haber tres títulos de liga –dos con el Heat, y uno con los Cavaliers de Cleveland–, buscará hacer aún más grande la leyenda de los Lakers y la suya propia.
El cuatro veces ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la liga, a sus 35 años, ha recuperado el mejor nivel de rendimiento en todas las facetas del juego.
Pero el éxito de los Lakers, en la burbuja de Orlando, ha sido la aportación del pívot Anthony Davis, el gran refuerzo que el gerente general del equipo angelino, Rob Pelinka, logró a cambio de dar a los Hornets de Nueva Orleans a seis jóvenes valores de su plantilla.
Pero Pelinka y los Lakers se aseguraron de tener a dos de los cinco mejores jugadores que hay actualmente en la NBA, y que ayudados por veteranos de elite como el pívot Dwight Howard, el base Rajon Rondo, y el escolta Danny Green, además del joven ala-pívot Kyle Kuzma, les han permitido dominar en los playoffs.
James y Davis promedian 55,5 puntos combinados (con 65,1 por ciento de tiros de campo); 19,6 rebotes; 12,5 asistencias y 4,8 tapones y robos combinados en los playoffs.
Pero en el duelo frente a el Heat, la historia será muy diferente. Aunque en la temporada regular, la serie entre ambos equipos cayó del lado de los Lakers (2-0), ahora Miami se ha convertido en un rival que barrió a las Pacers, ganó con facilidad a los grandes favoritos al título de liga, los Bucks de Milwaukee, e hizo lo propio con los Celtics de Boston.
Frente a la dependencia completa de los Lakers de sus dos superestrellas, el Heat -que vuelven a las Finales por primera vez desde el 2014, la última de las cuatro temporadas que pasó James con Miami y que perdieron frente a los Spurs de San Antonio-, son un equipo sin figuras, pero que juegan una gran defensa y tienen un arsenal ofensivo letal.
El escolta-alero Jimmy Butler y el pívot Bam Adebayo, son las estrellas del Heat, que van a luchar contra James y Davis, además de un ataque mucho más diverso que el de los Lakers, al tener jugadores de la clase del base esloveno Goran Dragic, el escolta Duncan Robinson y el novato Tyler Herro.
Heat están listos para dar batalla
Factor Iguodala.
La gran pesadilla para los Lakers y en espacial para James será enfrentar al veterano Andre Iguodala, exMVP de las Finales de la NBA del 2015 cuando los Warriors se enfrentaron a Cavaliers y ganaron.
Filosofía.
Los Heat han asumido la filosofía e identidad de Pat Riley, actual presidente, que es luchar cada balón y no sentirse inferior a ningún rival.
Duelos.
Los grandes duelos serán los de James contra Butler y David frente a Adebayo, con ventaja para la estrella de los Lakers.