El asma es la enfermedad crónica más frecuente en niños. De hecho, según datos de SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica), afecta a uno de cada diez en edad escolar.
Ha llegado la primavera y los niños, que llevan ya un par de semanas saliendo a la calle y al parque, han empezado a tener síntomas, sembrando las duda de muchos de sus progenitores sobre si será alergia o se habrán contagiado por el nuevo coronavirus SARS-CoV2.
La doctora Cristina Ortega Casanueva, especialista en Pediatría y Alergología y coordinadora de la Unidad de Alergia y Neumología Infantil del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), destaca en este sentido que los niños alérgicos tienen “el mismo riesgo de contraer el COVID-19” que los que no lo son, si bien aquellos que sean asmáticos deberán extremar las precauciones, ya que en el caso de contraer una infección respiratoria pueden presentar crisis de broncoespasmo u otras complicaciones.
A estas conclusiones, que también pueden extrapolarse a la población adulta, se les une el hecho de que “los niños con asma son grupo de riesgo dada su predisposición a presentar una crisis de asma ante infecciones respiratorias por su hiperreactividad bronquial de base”, advierte la experta de Quirónsalud.
La doctora Ortega Casanueva llama a la calma y remarca que la Organización Mundial de Alergia (WAO, por sus siglas en inglés) alerta de que los asmáticos no se encuentran entre los colectivos que se han visto afectados de forma más grave por esta enfermedad.
“No existe referencia al asma entre la serie de pacientes COVID-19 descritos. Lo mismo sucede con los pacientes con rinitis alérgica o con dermatitis atópica”, sostiene la especialista.
A su vez, resalta que los pacientes con asma, alergia o dermatitis atópica deben tomar las mismas precauciones que cualquier niño; a los padres de los niños asmáticos les da una recomendación especifica: deben cumplir el tratamiento de mantenimiento como se lo tiene pautado su pediatra.
“La mejor manera de protegerse frente al coronavirus es evitar exponerse a él. Evitar los factores desencadenantes del asma, como los alérgenos, la exposición al humo del tabaco, y realizar a diario, y de forma correcta, el tratamiento de mantenimiento disminuirá el riesgo de complicaciones en el paciente asmático”, alerta la doctora.
DUDAS FRECUENTES
Ahora bien, es fundamental estos días de plena explosión alérgica al polen tener claros cuáles son los síntomas propios de la COVID-19 y los de la alergia, que pueden aparecer pese a permanecer en casa la mayor parte del tiempo.
Así, la facultativa del Hospital Quirónsalud San José detalla que los síntomas que presentan los niños alérgicos al polen suelen ser rinorrea acuosa (moqueo), congestión nasal, estornudos, picor en la nariz, picor en los ojos, lagrimeo y en algunas ocasiones, estos se asocian con síntomas respiratorios como tos, pitidos en el pecho, o fatiga respiratoria (una crisis de asma).
Asimismo, sostiene que hay una serie de síntomas que nos pueden ayudar a diferenciar si nos encontramos ante una alergia, un resfriado, o una infección por coronavirus: “Uno de los síntomas más habituales del resfriado o de la alergia son los estornudos; en el caso del coronavirus, no son un síntoma de la enfermedad. Respecto a la mucosidad, picor de nariz o congestión nasal, ninguno de ellos es síntoma característico de infección por COVID-19, pero sí de la alergia o del resfriado, salvando ciertas diferencias”.
En el caso de la alergia, la coordinadora de la Unidad de Alergia y Neumología Infantil del Hospital Quirónsalud San José de Madrid mantiene que la mucosidad suele ser transparente y el picor de nariz intenso, mientras que en el resfriado, la mucosidad suele ser más amarillenta o incluso verdosa, y el picor nasal más leve.
“El resfriado se caracteriza por tos productiva (se expulsa mucosidad), mientras que en la infección por coronavirus la tos será seca. Los pacientes con asma alérgica pueden presentar tos, pitidos en el pecho, o fatiga respiratoria. Presentar dolor de garganta está más relacionado con un resfriado común, pero también está presente en la infección por coronavirus”, advierte.
La fiebre también es un indicador importante para saber qué podemos padecer. En primer lugar hay que tener en cuenta que la alergia no implica la presencia de fiebre, en el caso de un resfriado sí podemos presentar febrícula o alguna décima de fiebre (37,5ºC – 38ºC); mientras que con infección de coronavirus, ésta puede superar los 38 ºC, según puntualiza.
Respecto al picor de ojos, el lagrimeo y la hiperemia conjuntival (ojo rojo), la doctora Ortega explica que es más característico de un cuadro alérgico.
Finalmente, llama la atención sobre el hecho de que hay síntomas que son “muy inespecíficos” pero que parecen estar asociados a la infección por coronavirus: el dolor abdominal, la diarrea o el dolor muscular, que no se presentan en una alergia. “En el caso del resfriado sí es posible asociar cierto dolor muscular”, precisa.
Además, la especialista pide tener en cuenta la duración del cuadro a la hora de determinar de qué enfermedad se trata: “El resfriado no suele durar más de 15 días, pero con la alergia se presentan síntomas persistentes y más prolongados en el tiempo”.
“Si antes las dudas surgían en si realmente estábamos ante un cuadro alérgico, o se debía a un simple resfriado, actualmente nos lleva a pensar si estamos ante síntomas de infección por coronavirus. En la mayor parte de los casos habrá que dejar esperar unos días para ver cómo evoluciona el cuadro, y poder determinar si nos encontramos en un escenario u otro; siempre ante la duda preguntando al especialista”, advierte.
“SEICAP ha elaborado una gráfica donde de forma fácil e intuitiva los padres pueden ver de un vistazo estas diferencias”- refiere la Doctora Ortega.