«El imperio de la acción recíproca es bien conocido en el derecho internacional», dijio el portavoz del Consejo de Guardianes de Irán, Abbas Ali Kadkhodaei, en declaraciones citadas por la agencia de noticias semioficial Fars.
La medida adoptada por Irán para «hacer frente a la guerra económica ilegítima y a la incautación de petroleros es un ejemplo de esta regla y se basa en los derechos internacionales», agregó.
El consejo rara vez comenta sobre asuntos de Estado, pero cuando lo hace es visto como un reflejo de los puntos de vista del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Esto se debe a que el consejo trabaja en estrecha colaboración con Jamenei, que tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado.
El petrolero Stena Impero, con 23 tripulantes a bordo, se dirigía a Arabia Saudí cuando Irán lo detuvo el viernes en el Estrecho de Ormuz.
Gran Bretaña ha tenido un papel destacado en las recientes tensiones con Irán. La Marina británica colaboró en la detención de un buque cisterna iraní el 4 de julio por parte de Gibraltar, un territorio británico en la Península Ibérica.
Londres ha dicho que dejaría partir el barco si Teherán demuestra que no estaba infringiendo las sanciones de la Unión Europea a la venta de petróleo a Siria.
El gobierno de Gibraltar dijo el viernes que su Corte Suprema amplió por 30 días la detención del Grace, de bandera panameña, que transportaba más de 2 millones de barriles de crudo iraní.
Según información publicada el sábado por la agencia noticiosa estatal iraní IRNA, Irán decomisó el petrolero británico luego de que éste chocó contra una embarcación de pesca iraní, a la que presuntamente causó daños, y luego no respondió a las llamadas desde el barco más pequeño.
La explicación evitó presentar el incidente como una venganza en medio de un ambiente de gran tensión.
El barco de pesca informó a la Organización Portuaria y Marítima de Irán, que a su vez notificó a la Guardia Revolucionaria. De acuerdo con IRNA, los buques de la fuerza paramilitar dirigieron al Stena Impero a un puerto iraní para una investigación el viernes y la tripulación seguía a bordo según las normas de seguridad.
La empresa propietaria de la embarcación, Stena Bulk, dijo que a bordo había 23 tripulantes con nacionalidad india, rusa, letona y filipina, y que no había reportes de que ninguno estuviera herido.
En Londres, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, Tom Tugendhat, dijo que una acción militar para liberar al petrolero sería «extremadamente imprudente», sobre todo porque, aparentemente, la embarcación fue llevada a un puerto bien protegido.
La relación entre Irán y Occidente comenzó a tensarse cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró el año pasado a Washington del acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre Teherán y las potencias mundiales e impuso amplias sanciones económicas al país, incluyendo a la exportación de petróleo.
Las sanciones han tenido serias repercusiones sobre la economía iraní.
La detención del mercante británico es quizás la escalada más grave en la región desde que las tensiones entre Irán y Occidente comenzaron a aumentar en mayo. Estados Unidos anunció entonces el envío de un portaaviones y más soldados a Oriente Medio citando amenazas no especificadas procedentes de Irán.
Los últimos acontecimientos generaron inquietud en todo el mundo, y cada maniobra provoca el temor a que un malentendido o un paso en falso de cualquiera de las partes que pueda derivar en una guerra.
En un primer momento, el secretario británico de Exteriores, Jeremy Hunt, dijo que se habían incautado dos barcos en el Estrecho de Ormuz, el segundo con bandera de Liberia. El propietario de esta embarcación explicó más tarde que guardas armados subieron brevemente al buque, que finalmente pudo seguir su ruta.