La historia detrás del plagio de Milei a tres científicos mexicanos

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El científico mexicano Salvador Galindo Uribarri no sabía quién era Javier Milei, candidato a la presidencia de Argentina, hasta que lo contactó un periodista en mayo del año pasado. Fue en ese momento cuando el investigador se dio cuenta de que un artículo que había escrito con dos colegas, Mario Rodríguez Mesa y Jorge Luis Cervantes Cota, había sido plagiado en…

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El científico mexicano Salvador Galindo Uribarri no sabía quién era Javier Milei, candidato a la presidencia de Argentina, hasta que lo contactó un periodista en mayo del año pasado. Fue en ese momento cuando el investigador se dio cuenta de que un artículo que había escrito con dos colegas, Mario Rodríguez Mesa y Jorge Luis Cervantes Cota, había sido plagiado en Pandemia, un libro publicado por el político argentino de extrema derecha en 2020, seis años después de que salió el texto original. Días más tarde, Galindo Uribarri lo compró para verlo con sus propios ojos. Ahí estaban párrafos y párrafos de la introducción, de los pasajes históricos para hacer más amena la lectura y de las ecuaciones que incluyeron para dejar claro su punto. Todo había sido copiado por Milei. Y en ese momento, decidió que no iba a quedarse de brazos cruzados y que iba denunciar por la vía legal. “La parte sustancial del artículo citado aparece reproducida sin la autorización previa y expresa en el libro”, se lee en la denuncia de hechos, a la que tuvo acceso EL PAÍS. “Esto en sí constituye presuntamente un delito”, se agrega.

La primera página de la denuncia que interpusieron los científicos mexicanos en contra de Javier Milei.Salvador Galindo SGU666

“Al principio, el plagio nos provocó hilaridad pero después, sorpresa: lo sorprendente es que ni siquiera hizo el intento de parafrasear el texto”, dijo Galindo Uribarri, autor principal de Las matemáticas de las epidemias: caso México 2009 y otrosen la revista argentina Noticias. El físico, con un doctorado por la Universidad de Oxford, se entrevistó con los periodistas Tomás Rodríguez y Juan Luis González el 17 de mayo de 2022. Cinco días más tarde, el científico presentó una denuncia legal, no solo a nombre de los autores afectados , sino también de la Universidad Autónoma del Estado de México, que publicó el escrito original en la revista Ciencia ergo suma a principios de 2014. “El problema es que nadie ha ido más allá de una queja. La idea es llegar hasta las últimas consecuencias”, afirmó. El científico de 72 años, sin embargo, falleció de cáncer el 3 de septiembre de 2022, cuatro meses después de dar la entrevista.

“Estaba ofendido hasta los huesos”, recuerda su viuda, Susana Bianconi, desde Argentina. “El oportunismo de Milei fue evidente, lo que hizo te dice mucho sobre su desfachatez, su bajeza, su desprecio por otras personas y por su trabajo”, señala. “Me imagino que debe haber puesto a un equipo de estudiantes a hacer el copiar pegar [copiar y pegar] y que ni siquiera lo leyó, pese a que lo copió todo, hasta las anécdotas que usamos mi marido para entretener al lector”, zanja.

En la denuncia, se comparan en dos columnas ambos textos: el original ―sobre la estadística de las epidemias― y el de Milei ―sobre la pandemia del coronavirus―. “Una mañana de mayo de 1665, George Vicars, sastre de la pequeña villa de Eyam, Inglaterra, recibió un paquete proveniente de Londres”, escribieron Galindo Uribarri y sus dos coautores en la introducción. Milei copió la misma frase y solo agregó durante al principio de la oración, como consta en la versión electrónica de Pandemia.

A la izquierda, una página del texto escrito por Salvador Galindo Uribarri, Mario Rodríguez Mesa y Jorge Luis Cervantes Cota. A la derecha, una página del libro ‘Pandenomics’, firmado por Milei.Salvador Galindo SGU666

“El ser humano es gregario, una condición que ha hecho inevitable que las epidemias sean recurrentes a lo largo de nuestra historia”, señalan los autores mexicanos, citando al historiador JN Hays. Milei apenas cambió el orden de la oración y no puso ninguna referencia.

Los ejemplos son tantos que ocupan casi las 10 páginas del escrito judicial. El portal Copy Leaks, que compara las coincidencias entre dos textos, arroja que el inicio del segundo capítulo del libro de Milei es en un 99,6% una copia fiel de la introducción del artículo de Ciencia ergo suma. Otras herramientas antiplagio, como el software Duplichecker, detectan que las líneas de Milei proceden en realidad del artículo de Galindo Uribarri.

Milei recoge también párrafos enteros para explicar modelos matemáticos, usa ecuaciones con los mismos numerales dándolos como propios y utiliza el mismo diseño para las gráficas, señala la denuncia. El político de la Libertad Avanza se mantuvo, incluso, el uso de la primera persona del plural, como hicieron los científicos, para detallar los resultados: Observamos, subrayamos, nos preguntamos.

Una comparación entre una página de los textos de los científicos mexicanos y de Milei, con la misma gráfica en la parte superior.Salvador Galindo SGU666

Hay, sin embargo, una diferencia crucial entre ambos textos. El de los mexicanos es de acceso gratuito. El libro de Milei, publicado por la editorial Galerna, se vende en Amazon a 18,95 dólares y 9,99 dólares en la versión electrónica. “Milei comercializa su libro cuyas regalías no ingresan a las arcas de la Universidad Autónoma del Estado de México cuando así debería de ser, causando un posible daño patrimonial”, se lee en la denuncia.

Las acusaciones de plagio han sido una sombra que ha acompañado a Milei a lo largo de toda su carrera, desde publicaciones académicas hasta su propia autobiografía y sus lugares de campaña. “Javier, no puedo citar tus referencias bien porque en el último libro que escribiste, tenés tres denuncias de plagio”, le dijo el oficialista Sergio Massa en el debate presidencial del pasado fin de semana, el último cara a cara antes de que más de 35 millones de argentinos acudan este domingo a las urnas para elegir a su próximo presidente.

el diario Perfil publicó el año pasado la investigación periodística más extensa sobre los plagios de Pandemia. El libro también toma prestado del español Antonio Guirao, físico de la Universidad de Murcia, y de Gita Gopinath, economista del Fondo Monetario Internacional, entre otros. “No es que hubiera hecho un refrito, era un completo copia y pega, párrafos y párrafos copiados”, dijo Guirao esta semana a El Confidencial. Su caso va un paso más allá: Milei no sólo robó su investigación, también tergiversó sus conclusiones e interpretó los resultados a modo de justificar sus propios puntos de vista.

El entorno del político ha minimizado cada uno de los reclamos sobre plagio o lo ha achacado al “nerviosismo” que despierta en sus adversarios. “Solo recuerdo alguna declaración verbal que Milei hizo el año pasado sobre que habían sido pocas páginas, como diciendo ‘de qué se quejan”, asegura Bianconi, la viuda de uno de los autores. En esta ocasión, el equipo de Milei no hizo comentarios.

A finales de agosto, Ramiro Vasena, precandidato por la alianza Liber.ARpresentó en un juzgado de Buenos Aires una denuncia de plagio contra Milei por Pandemia, a quien calificó como “un plagiador compulsivo”, según los medios argentinos. Bianconi, sin embargo, no estaba al tanto de ese caso, tampoco ha sabido del curso de la demanda en México.

“El correo electrónico y el teléfono de mi esposo murieron con él. Si le contestaron, no lo voy a saber nunca”, lamenta Bianconi. “No me siento con el derecho de hacerlo por él”, admite sobre la posibilidad de seguir con la batalla legal. Este periódico contactó a la Universidad Autónoma del Estado de México, que no hizo comentarios antes de la publicación de este reportaje.

“La justicia es lentísima”, decía Galindo Uribarri a Noticias. A un año de su fallecimiento, su mujer lo recuerda como el hombre brillante que entendía la ciencia como una gran sinfonía; el divulgador que admiraba a Einstein y que estaba obsesionado con la comprensión del universo, el compañero de vida que le dejó una biblioteca espléndida y compartió con ella el amor por la naturaleza. Bianconi todavía ríe al acordarse de sus libros o desborda emoción al hablar de Física. Un legado que no se puede imitar ni robar.

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