La Organización de las Naciones Unidas (ONU), luego de una nueva investigación, detalló las posibles sanciones que recibirían personalidades haitianas por la supuesta malversación de fondos.
El documento hace referencia a que el ex primer ministro de Martelly, Laurent Lamothe, fue mencionado en el contexto de la corrupción y la supuesta malversación de casi 2.000 millones de dólares de fondos de PetroCaribe destinados a proyectos de recuperación tras el terremoto de 2010. A pesar de la negativa de Lamothe a los expertos, según el informe, «el panel mantiene sus conclusiones».
De acuerdo a un reportaje del medio El Miami Herald, La resolución impuso una congelación de activos, una prohibición de viajar y un embargo de armas a cualquiera que amenazara la paz, la seguridad o la estabilidad de Haití.
Designó como su primer objetivo a un ex policía convertido en líder de una pandilla, Jimmy «Barbecue» Chérizier, quien había liderado un bloqueo de pandillas en la principal terminal de combustible de Haití para protestar por una decisión del gobierno de recortar los subsidios al combustible.
El bloqueo provocó una escasez de combustible, alimentos y agua en medio de un mortal brote de cólera. Como resultado de la crisis humanitaria cada vez más profunda, el Consejo de Seguridad decidió incluir en la lista negra a personas haitianas, lo que marcó la primera vez que un país del hemisferio occidental fue designado para sanciones.
Aunque el informe presta especial atención a la actual crisis paralizante, el panel señala que la proliferación de pandillas, especialmente en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, se debe a muchos factores, y que el devastador terremoto de Haití de 2010 desencadenó un «impulso de desestabilización» que provocó la reconfiguración geográfica y social del país.
Con la salida de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en 2017, después de 13 años, las pandillas se expandieron y ocuparon el vacío dejado por la ONU. tropas y unidades policiales.
Aprovechando la debilidad del gobierno y su ausencia de las comunidades, algunos líderes de pandillas formaron fundaciones sociales, tanto para reclutar nuevos miembros como para congraciarse con las comunidades en las que se encontraban, dice el estudio.
«Desde 2010, las fundaciones se han convertido en interlocutores de los políticos en el contexto de las elecciones, incluso para la organización de manifestaciones o movimientos antiprotestas», señala el estudio. «También han recibido cada vez más apoyo de empresarios o empresas influyentes para proteger sus actividades económicas».
La persona de más alto perfil señalada en el informe es Martelly, un ex cantante de carnaval convertido en político que actualmente considera a Miami su hogar. El panel dijo que durante su presidencia de 2011 a 2016, Martelly «usó pandillas para extender su influencia en los vecindarios con el fin de avanzar en su agenda política, contribuyendo así a un legado de inseguridad cuyos efectos todavía se sienten hoy».
Martelly no sólo financió varias pandillas y les proporcionó armas durante su mandato, sino que, según varias fuentes, creó una pandilla en particular: Base 257.