Hoy se conmemoran 181 años de la fundación de la sociedad secreta La Trinitaria. Hablar de sus orígenes es remontarse al juramento de del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, de independizarnos de toda potencia extranjera.
Luego del recorrido de Duarte por Estados Unidos y Europa, regresa al país con la idea de que fuéramos un país libre, es por eso que el 16 de julio de 1838 funda junto a jóvenes valientes la Sociedad Patriótica conocido con el nombre de La Trinitaria, en casa de doña Josefa Pérez de La Paz (doña chepita), ubicada en la calle del Arquillo, hoy Arzobispo Nouel frente a la iglesia del Carmen.
Mientras los feligreses celebraban los oficios religiosos correspondientes a la conmemoración del Día de Nuestra Señora del Carmen, los jóvenes convocados por Juan Pablo Duarte, suscribían con su sangre, el sagrado compromiso de aunar sus esfuerzos hasta alcanzar la expulsión haitiana del territorio dominicano, cuya abominable invasión se sentía desde el 5 de febrero de 1822.
Juan Pablo Duarte logró obtener el apoyo de la mayoría de los jóvenes de Santo Domingo y localidades aledañas, como San Cristóbal. Este grupo de jóvenes fue instruido por él con el propósito de independizar la Republica Dominicana de la dominación haitiana.
Esta organización fue la gestora de nuestra Independencia Nacional, ideada por el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y respaldada por ocho jóvenes patriotas, que se identificaban con el ideario sacrosanto de nuestra libertad. Su nombre se debió a la división del grupo en tres.
Los nueve miembros fundadores fueron:
Juan Pablo Duarte
Juan Isidro Pérez
Pedro Alejandro Pina
Jacinto de la Concha
Félix María Ruiz
José María Serra
Benito González
Felipe Alfau
Juan Nepomuceno Ravelo.
Cada nuevo miembro que ingresaba a la Sociedad Secreta ‘La Trinitaria’ debía traer consigo tres personas más, estos se hizo con la finalidad de despertar en los jóvenes el patriotismo dormido.
La Trinitaria no operó como célula en todo el país, aunque reunió en su seno la intelectualidad joven de la época, principalmente los pertenecientes a la pequeña burguesía.
Los miembros de la organización no fueron identificados por las autoridades, aunque no fue un secreto para la población la existencia de un grupo considerable de jóvenes que luchaban por la independencia de la parte Este de la isla.
Asimismo, los trinitarios tuvieron que hacer frente a distintos sectores criollos, que como el de los afrancesados, que dirigía Buenaventura Báez y el de los conservadores, encabezados por Tomás Bobadilla, no creían en la independencia pura y simple que planteaba Duarte.
Los trinitarios, y en particular Juan Pablo Duarte, confrontaron serios problemas con los sectores conservadores de la parte Este de la isla, por lo que sus actividades tenían que desarrollarse en la mayor clandestinidad.
No obstante, Duarte buscó el concurso de los jóvenes haitianos pequeños burgueses enemigos de Boyer con el objeto de lograr sus propósitos de liberar el territorio donde había nacido.
De ahí, que Duarte usó la táctica y la estrategia al unirse a los haitianos enemigos de Boyer para derrocarlo y luego tratar de proclamar la independencia que añoraba. Para estos fines utilizó al trinitario Ramón Matías Mella para concretizar su apoyo al movimiento La Reforma.
El Juramento de los Trinitarios
“En nombre de la santísima, Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo por mi honor y mi conciencia en nombre de vuestro presidente, Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano, y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominara República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor, en cuartos encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: DIOS, PATRIA Y LIBERTAD. Así lo prometo ante Dios y ante el mundo; si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjuro y la traición si los vendo”.
Luego de suscrito el documento, con sangre sacada por cada uno de los firmantes de sus venas, Duarte continuó sometiendo a la aprobación de sus discípulos los demás pormenores del plan por él concebido.
La creación de La Trinitaria, fue sin duda lo que dio paso, a que hoy seamos una Nación, con una Bandera, un Himno y un Escudo.
Fuente: Educando.edu.do