Las felicitaciones que acaba de expresar el secretario general de la OEA, Luis Almagro, al gobierno dominicano, en la persona del Procurador General Jean Alain Rodríguez, con quien firmó acuerdos en Washington, son bastante oportunas y no pueden pasar desapercibidas, pues un influyente sector de la sociedad civil asedia al Ministerio Público mientras se desarrolla el juicio por corrupción más importante de la historia reciente;ataques velados que también procuran detener ciertas investigaciones contra la criminalidad.
A mi juicio, son oportunas porque se trata del mismo Almagro quien en el pasado vertió acidas críticas sobre nuestro país, fundamentado en alegadas denuncias por violaciones de derechos humanos contra nacionales haitianos ilegales, comentarios que fueron posteriormente corregidos por la CIDH al modificar la calificación de República Dominicana.
Almagro felicitó al gobierno y al procurador general por el abordaje del sistema penitenciario mediante la implementación del Plan Nacional de Humanización. Reconoció la importancia y urgencia de abordar los desafíos que enfrentan tales procedimientos, ya que de manera directa impactan en la seguridad o la inseguridad del hemisferio al convertirse en sí mismos en amenaza a la propia seguridad pública.
Santo Domingo será la sede este año de la IV Reunión de Autoridades Responsables de las Políticas Penitenciarias y Carcelarias de la OEA.
Alain Rodríguez habló ante la poderosa Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA, presentó los avances logrados en el combate a la criminalidad, la delincuencia, la corrupción y la prevención del delito, así como del fortalecimiento institucional del Ministerio Público, que ha capacitado a más de 500 nuevos fiscales para el sistema judicial.
Las expresiones de Almagro constituyen un apreciable bálsamo de opinión para Alain Rodríguez, quien libra una tesonera batalla contra sus detractores, concomitante a la que ejecuta frente al crimen organizado.
