Cómo manejar el estrés y la distancia social durante el coronavirus

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Santo Domingo, RD.- El Covid-19 nos ha arrodillado, obligándonos a frenar el me­tro de nuestras vidas, que corría demasiado rápido en estos días. Al mis­mo tiempo, ese mismo Co­vid-19 nos aceleró el miedo, el pánico, la ira, la tristeza y hasta la solidaridad.

Las emociones son nues­tro primer modo de cono­cimiento y reacción en el mundo y, por lo tanto, de­bemos usarlas en el cuidado mental de todos.

Soy de las que piensa que somos seres emociona­les que razonamos, por lo que ante el brote de cual­quier enfermedad, nuestro primer detonante es el es­trés, haciéndose necesario que vigilemos muy de cerca nuestra salud mental.

En este momento el dis­tanciamiento social y el ais­lamiento interrumpen la mayoría del trabajo, la vida familiar, la forma en que se hacen las cosas y la manera en que se interactúa con los demás, detonando con ello una situación de estrés co­lectivo.

Es válido en estas cir­cunstancias sentirse abru­mado, triste, ansioso, con miedo, o experimentar sín­tomas de angustia y pro­blemas para dormir, entre muchos otros sentimientos. Pero todo esto es natural.

Es necesario que trabaje­mos en la actualidad para reducir el impacto negati­vo del estrés al anticipar las reacciones normales, reali­zando actividades para re­ducirlo y al buscar ayuda.

La mayoría de los efec­tos del estrés son reaccio­nes normales a aconteci­mientos angustiantes y generalmente son pasaje­ros y por ello. En ese trán­sito, se pueden experimen­tar síntomas en las áreas físicas, emocionales y men­tales, entre otras.

La fatiga, agotamiento, dolores de cabeza y latidos cardíacos rápidos o detona­ción de condiciones médi­cas preexistentes son parte de los síntomas físicos que podemos presentar en esta época.

¿Cómo se presentan?

Los efectos emocionales persistentes durante este periodo de estrés se mani­fiestan con tristeza, ansie­dad, enojo e irritabilidad, hasta llegar a tener la sensa­ción de experimentar todos los síntomas que se identifi­quen con el Covid- 19, todo ello producto del manejo de nuestras emociones.

La confusión, olvido y di­ficultad para concentrarse o tomar decisiones son par­te de los síntomas mentales que podemos sentir en esta época.

Nuestro comportamien­to puede verse invadido por reacciones inusuales tales como ponernos inquietos, contestatarios, irritables, así como cambios en los hábi­tos de comer o dormir.

Aunque todas esas alte­raciones son propias de un periodo de estrés, es nece­sario que tomemos las me­didas de lugar para no caer en trastornos de conduc­ta que verdaderamente nos enfermen.

Es recomendable:

– Mantener rutinas diarias, pues ellas nos dan una sen­sación de control y puede reducir la ansiedad.

– Mantenerse informado, utilizando fuentes oficia­les que hablen sobre el Co­vid-19.

– Evite compartir noticias no confirmadas o creer en rumores, ya que esto se su­ma a la información erró­nea, el miedo y el pánico.

– Limite el tiempo frente a pantallas y la exposición a los medios tales como el te­léfono o la computadora, ya que los mismos pueden au­mentar su ansiedad.

– Mantener el contacto con familiares, amigos y ve­cinos a través video, llama­das, correos electrónicos y otros recursos tecnológi­cos.’

– Mantener una actitud positiva y concentrarse en las cosas por las que está agradecido y las cosas bue­nas que tiene en su vida.

– Defienda sus intereses para asegurarse de que tie­ne lo que necesita, como ali­mentos y medicamentos, para estar seguro y cómo­do.

– Recuerde que no hay conexión entre raza / etnia y enfermedades infecciosas, no culpe a nadie por esta emergencia.

– Busque ayuda en línea, si comienza a sentir los an­teriores síntomas por va­rios días, pues un brote de una enfermedad infecciosa como COVID-19 puede ser estresante para usted, sus seres queridos y sus ami­gos.

– Recuerde si tiene niños o adolescentes que no todos responden de la misma ma­nera en situaciones de cri­sis, sea paciente, tolerante y sobre todo amorosa con ellos.

– Ten muy pendiente la razón por la cual estamos haciendo cuarentena, que es: reducir las infecciones y para protegernos y proteger a los más vulnerables.

– Es tiempo de pensar, re­flexionar y estar consciente de que este periodo puede ser largo, incómodo y an­gustiante y aunque lo más importante es mantener las reglas de higiene y distancia social que mandan los pro­tocolos de salud para este momento, el correcto ma­nejo de nuestras emocio­nes nos ayudan a mantener la calma y estabilidad fami­liar .

Esperar. Es importante que estemos preparados para manejar los efectos psicológicos de la cua­rentena, recordando que al final de esta epidemia habremos de enfrentar el postcoronavirus.

“Los abrazos llegarán”, solo es cuestión de pa­ciencia y quedarnos en casa.

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La autora es psicóloga clínica y especialista en Psicometría