Santo Domingo. – En cualquier país del mundo muchos dominicanos son conocidos por el ruido y la bulla entre sus ambientes. Es como si se tratara de una forma de vida o costumbre muy arraigada en la cultura criolla.
La situación es más preocupante cuando se camina entre los barrios populosos del Gran Santo Domingo, Santiago u otras ciudades de República Dominicana, donde los “colmadones”, bocinas de casas privadas, drinks o carros con equipos potentes imponen sus músicas.
Estas costumbres unidas a otros elementos han provocado que el país ocupe la segunda posición entre las naciones más ruidosas del mundo, según explica Elaine Tona, quien es audiologa, terapeuta del leguaje, del habla y la voz.
Sin embargo, aunque parezca algo inofensivo, no lo es, ya que la exposición al ruido provoca daños auditivos que en algunos momentos pueden ser irreversibles para el oído, manifiesta la especialista.
La terapeuta sostiene que quienes están expuestos con mayor frecuencia al ruido son más susceptible incluso a padecer pérdida auditiva.
En los adultos donde la edad provoca cierta pérdida de este sentido, estar expuestos a ruidos podría causar pérdida total de audición, incluso antes de los 50 años.
Así mismo, criticó a los padres que permiten a sus hijos escuchar músicas con audífonos a altos volúmenes.
“El ruido está haciendo estragos con nuestros niños y adultos”, manifestó Tona mientras era entrevistada en Sábados de Consulta, programa especializado en temas médicos que conduce cada sábado Carlos Tomas del Pozo y Martha Figuereo por Zol 106.5fm.
De igual forma la audiologa hizo recomendaciones para quienes trabajan en sector construcción y se someten a ruidos día tras día.
“Quienes están en trabajos de construcción deben utilizar protección auditiva”, recomendó.