Las lluvias desbordaron ríos y aislaron ciudades y pueblos

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Santo Domingo – Ríos desbordados, pueblos cortados de comunicación y cientos de casas amenazadas son las consecuencias de las más recientes lluvias en el territorio nacional, que ya provocaron la muerte de una mujer en Constanza, provincia de La Vega.

Mientras tanto, miles de hombres y mujeres de la defensa civil están llamados a actuar si es necesario, según lo acordado por la dirección de la organización durante una reunión con todos los directores provinciales.

El río Cabón se encuentra desbordado desde hace varios días, manteniendo aisladas a varias comunidades, como La Ceiba, Los Castillo, Reventón, y otras en el Distrito Municipal de La Victoria, Cabón, Rancho Arriba, así como Chirino, en Monte Plata.

Entrevista al Director de Operaciones de la Defensa Civil, señor Delfín Antonio Rodríguez y recorrido por zonas afectadas por las lluvias en la provincia Santo Domingo Este, y el Cruce del Río Gabón, en el sector de La Victoria, Fotos. José Francisco, 7-6-2024

Delfín Rodríguez, director de Operaciones de la Defensa Civil, informó que todo el personal de esta entidad de primera respuesta en las provincias ubicadas en alerta amarilla se encuentra acuartelado para actuar de inmediato ante cualquier emergencia.

Dijo que el personal bajo su dirección continuó ayudando a regresar a sus hogares a las familias que abandonaron sus hogares afectados por las crecidas de ríos y arroyos en Santiago, La Vega y Monseñor Nouel.

Ayer, la dirección de la DC, junto a los directores provinciales, evaluaron los daños y necesidades ocasionadas por las lluvias para ayudar a quienes perdieron sus pertenencias. Citó entre los daños el derrumbe de un muro en la comunidad de La Sabina, Constanza, que acabó con la vida de la señora Isidra Pichardo, de 56 años.

En el Gran Santo Domingo, el río Ozama amenazaba con penetrar cientos de casas en sus márgenes, tanto en el lado oriental como en el occidental, y los habitantes de estas casas estaban alerta para abandonarlas si era necesario. Nicolás Guillén, propietario de una embarcación neumática, que utiliza para transportar a quienes viven en localidades aisladas, narra las vicisitudes que atraviesan quienes viven en estos lugares cada vez que llega la temporada de lluvias.

Dice que en ocasiones ha tenido que servir como una especie de 9-1-1, envolviendo a personas serias en la sabana y transportándolas en la patera sobre el río porque no hay otra manera de hacerlo.

El gobierno necesita urgentemente una solución, por lo que ya comenzó a reconstruir calles y aceras en La Ceiba y Los Castillo.

De su lado, López Berberé, quien vive en La Ceiba, lleva varios días sin poder dar la vuelta a los animales que tiene en Cabón, al otro lado del mismo nombre, porque el río baja con mucha agua.

Indica que en la zona se cultivan productos agrícolas como maruyama, cacao, arroz, plátano, banano, plátano, maíz y otros cultivos, los cuales corren peligro cada vez que llueve porque el río impide a sus dueños atenderlos.



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