La casa de papel 3: Nuevo golpe, más suspense y las mismas máscaras de Dalí con trajes rojos

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No es que crea que La casa de papel (Money Heist) esté falta de méritos. Todo lo contrario. Es más, nunca pensé que la serie pudiera llegar a tener tanto atractivo a nivel internacional. Me sorprendió que una serie con unos personajes tan específicos (españoles hasta la médula) y que hacen un uso del lenguaje tan distintivo (rozando lo poético y a veces difícil de entender incluso para nativos) se haya convertido en todo un éxito internacional. Es la serie en lengua no inglesa más vista de Netflix. Ha recibido elogios de Stephen King. Y hasta ganado un International Emmy.

Si te gustaron la temporada 1 y 2 de La casa de papel en Netflix y a lo mejor incluso has aprendido alguna que otra expresión ingeniosa y llena de salero de labios de sus ladrones vestidos de rojo, esta española un tanto cínica tiene buenas noticias. Te va a gustar la parte o temporada 3 de la serie. Mucho.

Después de robar unos 1,000 millones de euros de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid y lograr escapar con ellos, la banda vuelve a reunirse esta temporada con algunas nuevas incorporaciones. Han capturado a Río (Miguel Herrán) por razones que es mejor no arruinarte y el resto de sus compañeros quiere encontrarlo. Además tienen un nuevo golpe que llevar a cabo que en realidad hace que su último atraco parezca casi un juego de niños. Pero vamos a dejarlo ahí.

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Los chicos siguen teniendo mucho estilo en La casa de papel, temporada 3.

Sí. Siguen estando todos estupendos. Incluso cuando se visten con los monos rojos y las máscaras de Dalí (y voy a decir por experiencia que esas cosas no son necesariamente favorecedoras). Y sí, El Profesor (Álvaro Morte) sigue teniendo el mismo aire sexy intelectualoide y sigue pareciendo capaz de conseguirlo prácticamente todo. Excepto bailar. Tiene una escena a ritmo del “Who Can It Be Now” de Men at Work que produce tanta incomodidad como se podría esperar de una secuencia en la que El Profesor se ve forzado a mostrar su falta de ritmo.

Voy a confesar que disfruté cada minuto de los tres episodios de la parte 3 de La casa de papel que Netflix puso a mi disposición para que pudiera escribir esta crítica. También que estoy contando los días hasta el 19 de julio, cuando los 8 episodios que conforman La casa de papel 3 estarán disponibles y podré saber por fin qué demonios pasa al final.

Es cierto que algunos de los mecanismos narrativos de la tercera temporada ya los hemos visto. A veces parece que las cosas vayan a salir muy mal pero al final nuestros criminales acaban saliéndose con la suya o simplemente arreglan la situación porque en realidad todo estaba meticulosamente planeado. A pesar de que a veces al espectador se le haya hecho creer que no. Como en temporadas pasadas, la acción dentro de los episodios no sigue un orden cronológico. Esta temporada incluye tres momentos diferentes de la historia, tres líneas narrativas que se mezclan y entretejen en cada episodio para que entiendas cierta reacción o sepas más cosas sobre un nuevo personaje solo cuando Álex Pina, el creador y coguionista de la serie, así lo desea. Es una forma muy efectiva de contar una historia. Money Heist sería una serie mucho más convencional, y aburrida, si las cosas se explicaran en el orden en el que sucedieron.

Luego está el humor. Y ahí es donde algunos personajes brillan más que otros. Denver (Jaime Lorente) y Nairobi (Alba Flores) siguen siendo dos de los ladrones más consistentemente divertidos. Básicamente porque tienden a embellecer sus discursos con las palabras o expresiones más creativas. Diciendo cosas como “Cariñitos míos, en los próximos minutos os jugáis las pelotas”, “Profesor, al solomillo” (para hacer que El Profesor vaya al grano) o “¡Itaboy!” (“It’s a boy” o “Es un niño” en el inglés macarrónico de Denver) es difícil no tener cierta debilidad por ellos.

Luego está el feminismo, por supuesto. Estamos hablando de una serie que acuñó el término “Empieza el matriarcado”. Hay cierta discusión que los chicos tienen a las tres de la madrugada en un monasterio italiano en esta tercera temporada que sintetiza La casa de papel en todo su esplendor. Una discusión en la que Nairobi le dice a Denver lo machista que es a veces (“¡Antiguo, que eres un antiguo!”), mientras Palermo (Rodrigo de la Serna), uno de los nuevos personajes, reivindica el patriarcado de una forma ni sutil ni políticamente correcta, pero que probablemente te haga reír. El griterío cesa únicamente cuando El Profesor, y su pijama de botones y rayas azules y blancas, hacen una aparición y le piden a todo el mundo que se comporte y se vayan a la cama.

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Najwa Nimri interpreta un papel muy jugoso en Money Heist 3.Tamara Arranz

Ya he mencionado que los nuevos personajes son una gran incorporación. Además del argentino De la Serna, La casa de papel 3 deja que la cantante y actriz Najwa Nimri demuestre todos sus talentos interpretando a Alicia Sierra. El personaje, descrito como “la reina de las hijas de perra” por uno de sus colegas, es el de una mujer completamente atípica y sin demasiados miramientos decidida a atrapar a ese grupo de ladrones de traje rojo que tan bien nos caen.

Más allá de las nuevas caras, una de las diferencias principales de esta temporada respecto a las anteriores es que Madrid no es la única localización principal para la acción. La serie transmite esa imagen de atracción internacional en la que se ha convertido con secuencias filmadas y ambientadas en Florencia, la ciudad de Panamá o el paradisíaco archipiélago de Guna Yala.

Y sí, tal como hemos podido ver en el tráiler de la serie, Berlín (Pedro Alonso) está de vuelta esta tercera temporada. No te voy a contar de qué forma ha sido posible, solo que su inclusión se agradece.

Ya falta menos para La casa de papel 3. Y para que puedas apreciar toda la belleza y simbolismo de palabras como “jarana” y expresiones como “eso es liarla pardísima”.

Fuente: www.cnet.com