Cementerios limpios y asegurados para recibir el Día de las Madres

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Cementerios del Distrito Nacional se prepararán para recibir a decenas de familiares y allegados de fallecidos por el Día de las Madres, que se celebra este domingo 28 de mayo en República Dominicana, último domingo del mes. 

Los alrededores de los campos santos se observan limpios y con sus calles asfaltadas, aunque en algunas zonas se pueden apreciar yerbas abundantes y tumbas cuarteadas. 

A un día de celebrase las madres, algunos parientes se han presentado en los cementerios a limpiar las tumbas, pintarlas y dejarle sus flores y velones como ya es tradición. 

El cementerio de Cristo Rey luce limpio en la parte delantera, sin embargo, uno de los problemas que siempre ha enfrentado es la parte baja, donde las yerbas casi arropan las tumbas. 

El señor Raúl Peguero, quien estaba visitando la tumba de su madre, asegura que cada cierto tiempo va al cementerio y siempre es el mismo problema, por lo que considera lo tienen en total abandono, y que solo muestran la cara del lugar «un poco bonita». 

Por lo demás, indica que han reforzado la seguridad en el cementerio, por lo que hoy se siente más tranquilo que en otras ocasiones.

Otro que se prepara para este día es el cementerio de la avenida Máximo Gómez, donde decenas de trabajadores informales se ganan la vida vendiendo flores y ayudando a los parientes de los difuntos a limpiar las tumbas. 

Los trabajadores esperan que a medida de que vaya pasando la tarde y en el día de mañana domingo se incrementen las visitan. 

Valoran como positivo las acciones realizadas por la alcaldesa Carolina Mejía, al indicar que esta no ha abandonado el campo santo. 

De igual forma, el cementerio Cristo Redentor se prepara para este día, recibiendo desde este sábado decenas de familias dominicanas. 

Allí las calles se observan limpias y con pocas zonas de yerbas obstaculizando las tumbas. 

Quienes han perdido a sus madres acuden para estas fechas a llevarles flores y velones y sentir a sus familiares cercano, a pesar de la ausencia divina que los divide.