Consideró que no genera confianza que un país esté cambiando continuamente reglas de elección
El especialista en derecho constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, España y exmiembro de la Comisión para la Democracia por el Derecho de la Unión Europea (Comisión de Venecia), Ángel Sánchez Navarro, argumentó que la Constitución de un país es un acuerdo social que se construye por un consenso entre mayorías y minorías y que se cambia por imposición resulta peligroso, porque puede “romper la sociedad”.
El experto sostuvo que las modificaciones constitucionales relativas a las reglas electorales y al ejercicio presidencial deben hacerse para el futuro, no para beneficiar en lo inmediato a quien ejerce la Presidencia, porque “generan sospechas”. “Lo que puedo asegurar es que un país no puede estar continuamente cambiando las reglas de su principal elección política”.
¿Cuáles características sociales y políticas deben darse para cambiar la Constitución de un país?
Se puede cambiar, pero cuanto más importante sea, más importante es que haya un acuerdo social, porque la idea que subyace es la del pacto social. Es decir, los ciudadanos permitimos que haya gente que tiene más poder que nosotros a cambio de que ellos velen por nosotros, no a cambio de que hagan lo que a ellos les interesa. Si hay unas normas, pero cuando no te convienen a ti las cambias, los ciudadanos también incumplirán, solo que probablemente al ciudadano común lo arresta la Policía y al poderoso no.
La democracia es una competencia entre equipos con reglas determinadas, a veces se gana o se pierde; lo importante es que si pierde sea bajo el cumplimiento de las reglas, el otro equipo jugó mejor o tuvimos mala suerte, pero no porque el que puede cambiar las reglas durante el partido las cambió para hacerme perder. Cambiar las reglas en medio de la competencia implica la pérdida de la confianza, porque si ocurre hoy, quien dice no que pasará lo mismo mañana, y si la van a cambiar para hacerme perder siempre ¿Por qué tengo que aceptar el sistema? ¿Por qué tengo que aceptar las reglas de un juego que el que gana siempre va ir cambiando para que yo siempre pierda? Eso implica que cuando el poderoso sienta que hay riesgo de que gane el otro cambie las reglas.
¿Qué impacto tiene ese tipo de práctica en la democracia?
Eso es muy peligroso para la sociedad, porque puede hacer que la sociedad se rompa, que no se acepten las reglas sociales, que se no obedezca al poder porque se entiende que el poder no obedece a los intereses de la sociedad, sino a los intereses propios y eso deslegitima al poder. Cada sociedad juega sus propios eventos y sus propias reglas y tiene que tener la capacidad de ver qué hay detrás de los que se oponen y de los que promueven los cambios.
¿La reelección es un derecho humano?
No, la Comisión de Venecia dice claramente que no. La reelección no es un derecho humano, porque el derecho es a participar en las elecciones, a votar o ser candidato, pero ese derecho se regula en los términos que establece la Constitución. Los derechos son garantías para los ciudadanos frente a quien puede vulnerarlos, que es el que tiene el poder. Quien ejerce la Presidencia no tiene un derecho a volver a serlo sino que si el sistema se lo permite, lo podrá hacer, sino se lo permite, no puede. Lo que dice la Comisión de Venecia es que una vez que la competición está en marcha, cambiar las reglas del juego queda mal porque quien puede cambiarlas es quien tiene el poder y por definición, quien tiene el poder podrá poner las reglas que más le convengan. El que la limitación afecte a un ciudadano, es porque no es un ciudadano común, es el presidente, ha sido el elegido de los ciudadanos para una función.
La Constitución establece como puede ser modificada ¿Qué tendría de cuestionable si se hace como ella misma establece?
Las reglas se pueden cambiar, evidentemente. Lo que dice la Comisión de Venecia es que en un sistema presidencial donde el presidente es el que tiene más poder en el país, el cambio de las reglas a favor de quien en ese momento tiene el poder como mínimo genera sospechas. Lo que dice la Comisión de Venecia es que cuando se trata de alterar las reglas de la competición electoral deben cambiarse con mucha prudencia, con un consenso para que no sea que la mayoría impone sus reglas a la minoría. En el caso presidencial, si se quieren cambiar las reglas se debe evitar la confrontación, que se evite que sea una maniobra del que tiene el poder para mantenerlo. La democracia es la mayoría con respeto a las minorías. Entonces si el que tiene el poder plantea un cambio porque considera que es mejor debe hacerse para el futuro, es decir, no para las próximas elecciones sino para las siguientes y así no se sabe si va a beneficiar o va perjudicar.
¿Entonces en esa lógica la minoría podría imponerse a la mayoría?
No, se trata de que haya un debate público, tiempo para discutir, posibilidad de que la sociedad participe entre en el debate. Estamos hablando de la normativa central de que como el país selecciona a quien lo dirige, entonces si en ese tipo de temas hay grandes enfrentamientos entre mayorías y minorías, entonces lo que la Comisión de Venecia plantea es que hacer reformas en medio de una competición puede ser un paso atrás. Lo esencial en las reglas del juego es que los participantes las crean.
¿Los cambios constitucionales constantes afectan la democracia?
La democracia es un equilibrio difícil de lograr. Los ciudadanos no tienen acceso al poder que tienen sus representantes, entonces, si los ciudadanos consideran que sus representantes están por hacer algo para recibir beneficios que no les benefician a ellos, entonces se rompe el equilibrio de la democracia. La democracia se basa en el respeto a todos en la voluntad de la mayoría y la Constitución es un cuadro que está acordada entre la mayoría y la minoría, entonces sí solo una parte rompe el equilibrio, la otra lo rompe en otra cosa. Entonces, la democracia es un respeto a las reglas del juego que están para marcar y hacer previsible lo que va a pasar.
¿Cuál es el mejor sistema de reelección presidencial?
No existe un modelo ideal. En los sistemas presidenciales hay que no tienen ningún límite; hay que solo se permite una vez; hay otros que solo se permite una reelección, por tanto cada país juega con sus especialidades. Si el principal problema del país es cómo se elige al presidente y cambian las reglas en función de que ahora lo alargo, después lo acorto, y así ¿Cómo ciudadanos dominicanos eso es lo que más les preocupa? ¿Cómo ciudadano es determinante para mí que un presidente se elija una vez, dos veces, tres veces? Probablemente no, son más importantes otras cosas. No sé cuál es el mejor sistema, pero lo que sí puedo asegurar es que en lo que no puede estar un país es cambiando las reglas continuamente sobre su principal elección política porque, en ese caso, no estamos generando confianza.
Minorías/mayorías
La democracia es un sistema de mayoría que respeta la posibilidad de la minoría de convertirse en mayoría”.
Reglas electorales
las reglas electorales son muy delicadas, porque mantienen la salud democrática del poder que reside en el pueblo a través del sistema electoral”.