Sus manos femeninas toman con fuerza la palanca de los helicópteros del Ejército de la República Dominicana y sobrevuelan el territorio dominicano.
Son mujeres pero también pilotos. La experiencia de 16 años de la mayor piloto Angélica Rosa Durán y la juventud de la segundo teniente piloto Kenia Montás Mendoza se combinan en el 1er. Escuadrón de Caballería Aérea del cuerpo castrense.
Además de ser valientes mujeres, ambas tienen en común que su inspiración para ser militares proviene de miembros de sus familias que también pertenecen a las filas del Ejército.
En el caso de la capitán de nave, Rosa Durán, lo que la motivó fueron dos de sus hermanas, una de ellas, cirujana dermatóloga, una de las primeras mujeres que entraron al Ejército como especialistas, a quien siempre acompañaba cuando asistía al Hospital Central de las Fuerzas Armadas. La otra también es militar y odontóloga.
Mientras que para Montás Mendoza, quien tiene siete años en el Ejército, sus ejemplos fueron su papá, militar retirado, y dos hermanos, aún activos.
Sacrificios en todos los sentidos
Rosa Durán ha desempeñado varias funciones dentro del cuerpo militar. Su proceso para llegar hasta aquí no ha sido fácil, ha sido de muchos sacrificios en varios ámbitos de su vida.
Uno de ellos, es tener que perderse los días especiales en familias, pues el Ejército trabaja 24-7, sin embargo, al satisfacción del deber cumplido es una recompensa para la mayor.
Ingresó al Ejército en el 1999, como estudiante para trabajar en el J2, Dirección de Inteligencia del Estado Mayor, pero es en el 2000 cuando se abrió el proceso para que las mujeres pudieran ser formadas como cadetes, hizo la transferencia.
En ese mismo programa también se contempló la creación del Escuadrón de Caballería Área, al cual entró y en el 2003 se convirtió en piloto.
La oficial es la segunda mujer piloto de este cuerpo castrense y hoy día es Capitán de Nave donde ha tenido a su cargo los helicópteros Robinson 44 y Bell OH 58.
La también publicista ha ocupado puestos administrativos, pero aclara que ser capitán de nave ha sido el mejor de todos.
“Cuando ya tú estás en ese helicóptero que tú ves cosas, un paisaje que no puedes verlo sentada en una oficina, la libertad que da eso, el sentirte ahí y saber que tú puedes manejar la maquina te amplía la visión del mundo totalmente”, expresó.
Define al equipo del escudarón como una gran familia, donde dijo no se le ha rechazado ni discriminado por ser una fémina.
Hace 10 años su esposo, quien también era piloto, falleció en un accidente aéreo. En ese momento se alejó un poco de la institución, empero, no se dejó vencer y luego de esto se hizo capitán de nave, sacó su licencia comercial, es decir puede volar fuera del Ejército, y también posee otra privada de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés).
Explicó que es tratada de igual forma que a los hombres, y le han dado muchas oportunidades.
Exhortó a las mujeres a estudiar, pues son capaces de hacer lo que se dispongan siempre y cuando se le pongan el empeño necesario.
Actualmente es de las pocas mujeres militares que se encuentra haciendo la especialidad de comando de Estado Mayor Conjunto en el Instituto Superior para la Defensa “General Juan Pablo Duarte y Díez” (INSUDE), el cual es un curso para oficiales superiores.
Montás se prepara para estar en ala fija
La segundo teniente piloto Montás Mendoza es el relevo de Rosan Durán. La joven de 26 años se está preparando para pertenecer a la unidad de ala fija, es decir, de aviones, la cual antes no existía en el Ejército.
Ingresó como cadete en el 2012 y actualmente es la encargada de Logística en el escuadrón.
Montás Mendoza también ha tenido que sobrepasar muchos obstáculos, pero su rostro se ilumina al decir que para ella su profesión no es un trabajo, es una pasión.
“Me encanta, para mí esto no es un trabajo”, expresó.
Su esposo, que también es militar pero no se desempeña como piloto, la apoya en su carrera al igual que los demás miembros de su familia.
Su consejo para las mujeres que también quieren ser pilotos es que no se detengan, que se fijen una meta y le pongan todo su empeño.
“Si ellas en realidad quieren, que pongan su empeño, que todo se puede, para las mujeres nada es imposible”, afirmó.
La segundo teniente tiene previsto estudiar una carrera a nivel civil.
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