SANTO DOMINGO.- La nueva procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, manifestó este domingo que no ensuciaría su alma con “rencores y sentimientos miserables”, luego de que periodistas le preguntaran sobre el incidente en 2019 con el entonces procurador Jean Alain Rodríguez, quien le acusó de supuestos vínculos el caso de sobornos Odebrecht.
“Yo lo que aspiro es a la transparencia y a una justicia sin privilegios y sin maltratos”, dijo la veterana magistrada a la salida del tedéum en la Catedral Primada de América, ubicada en la Zona Colonial.
Asimismo, advirtió que en la Procuraduría hay que hacer un inventario para saber si hubo irregularidades en la recién finalizada gestión de Rodríguez, por lo que la exjueza de la Suprema Corte de Justicia (SJC) pidió también que la dejen llegar, antes de hacer cualquier declaración sobre casos de corrupción.
En el amargo en marzo de 2019 durante la evaluación de los jueces que pretendían repetir en la Suprema, Germán Brito, de 71 años de edad, fue acusada por Rodríguez de tener reuniones privadas con Víctor Díaz Rúa, imputado en el expediente de sobornos de la constructora brasileña.
Con esto, el hasta hoy procurador, violentó la ley del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y la del Ministerio Público, con acusaciones sobre la integridad, trayectoria y honra de la magistrada.
Germán Brito es la primera mujer en ocupar la Procuraduría General de la República y su nombramiento había sido especulado desde que Abinader ganó las elecciones el 5 de julio.
La nueva procuradora tiene una larga carrera en el Ministerio Público y en los tribunales, habiendo llegado a ser presidenta de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia y segunda sustituta del presidente de esa instancia judicial.
En 2016 recibió el V Premio al Mérito Judicial entregado por la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, galardón en el que compiten magistrados de los poderes judiciales y Consejos de la Judicatura de los 22 países que la integran.
Ese premio reconoce a jueces iberoamericanos que a lo largo de su trayectoria y desempeño en la impartición de justicia se hayan distinguido por acreditar de manera excelente, las exigencias establecidas por el Código Iberoamericano de Ética Judicial, destacándose entre estas los principios de independencia, imparcialidad, transparencia, eficiencia, eficacia y equidad.