Desde el año 2012, el presidente de la República, Danilo Medina, ha realizado 245 visitas a distintos grupos asociativos y cooperativas de productores del país. De esas “visitas sin aviso previo” han surgido 1,956 proyectos, de los cuales 842 (el 43.05%) están en lo que el Gobierno denomina gestión normal y 1,114 (el 56.95%) fueron concluidos.
Si bien los encuentros del mandatario con gente que incursiona en variadas actividades agrícolas y económicas se ven como “fortuitos”, han sido precedidos de un trabajo de preparación en el que se involucra un alto número de agencias o instituciones estatales. Eso significa que cuandoel jefe de Estado se sienta a conversar con criadores de chivos, productores de molondrones, apilcultores, fabricantes de cazabe, artesanos de bambú o propietarios de granjas de pollos y de conejos, entre otros, conoce en detalle el proyecto del que le tratarán los interesados en obtener financiamiento y asesoría técnica. Generalmente, Medina y los funcionarios que le acompañan se sientan en sillas plásticas, aunque, en algunas de las primeras visitas el Presidente llegó a sentarse en el borde de un pupitre de madera.
Las Visitas Sorpresa surgieron básicamente de una visión del gobernante, con el fin de trabajar los puntos más vulnerables de la zona rural, donde la pobreza ha tenido gran incidencia históricamente. Y a juzgar por los números y las informaciones ofrecidas desde el Gobierno, todo indica que el modelo ha ido aportando frutos y llenando las expectativas que tiene su propulsor, aunque desde diversos sectores se ha llegado a cuestionar su efectividad.
En una conversación con elCaribe sobre el tema, los directores del Instituto Agrario Dominicano IAD, Emilio Toribio Olivo, y del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA), Juan Francisco Caraballo, explican cómo se dan los primeros contactos entre los interesados en poner a caminar o en fortalecer un proyecto o empresa y las instituciones del Gobiernoque se encargan de la preparación y diagnósticos de esos proyectos, previos al encuentro con Danilo Medina. “En cada comunidad, localidad, sección, municipio o provincia surge una demanda de un proyecto productivo. Las personas que viven en una de esas zonas se acercan al FEDA o al IAD buscando asesoría para comenzar a trabajar y suplir las necesidades que tienen en la organización”, explica Toribio Olivo, uno de los funcionarios más ligados a las visitas que se han realizado desde la primera gestión de Medina.
El FEDA, el IAD y otras entidades tienen un personal responsable de visitar los proyectos y de iniciar las asesorías debidas, para garantizar que si esas entidades tienen asociados, una asociación formada, o simplemente no la tienen, comiencen entonces a organizarla.
Se verifica si esos productores, artesanos o la actividad que se trate tienen constituida su cooperativa, y en caso de no tenerla se les apoya a nivel técnico para que puedan constituirse como tal. En función del levantamiento de cada zona y de la necesidad que tengan, los técnicos de las instituciones (agrónomos, economistas agrícolas, sociólogos, veterinarios u otros) preparan un proyecto productivo con todas las necesidades presentadas, se analiza en cada institución cuáles es posible suplir y si esas propuestas tienen una capacidad de retorno viable para las comunidades donde están enclavadas y para los medianos y pequeños productores que las presentan. A partir de ahí se conforma en una estructura de proyecto. Después de elaborado ese proyecto, se tramita a la Presidencia y la Presidencia, en función de la visión que tiene el Presidente sobre las provincias más pobres del país, toma una decisión.
“El presidente Medina prioriza que se visite las zonas incluidas en el mapa de pobreza. A partir de ahí él decide qué lugar o comunidad vamos a visitar cada domingo”, explica Toribio Olivo.
¿Qué tiempo pasa entre el primer contacto que tienen los técnicos que realizan el levantamiento y la visita que realiza el Presidente? Pregunta elCaribe.
“Eso va a depender de la conformación que tenga la estructura de la zona o comunidad que se vaya a trabajar. En el caso del IAD, si ya ese asentamiento tiene su estructura organizativa lista y reconocida y cuenta con su asociación o cooperativa, en el proceso de formación de los estudios del proyecto no se dura más de un mes en elaborarlo para fines de tramitarlo ante la Presidencia de la República, por tratarse de necesidades urgentes que tienen esas comunidades. Siempre somos ágiles en los procesos”, asegura el funcionario del IAD.
Para que se pueda dar la visita, el proyecto debe tener una capacidad que garantice una tasa de retorno viable. El mandatario ha dejado claro en distintas ocasiones que no está regalando dinero, sino financiando. “Esos cuartos tienen que pagarlo”, ha dicho. Eso obliga entonces a los funcionarios e instituciones a tener claro que todo lo evaluado con fines de otorgamiento de crédito debe tener garantizado el retorno, que el propio productor podrá vivir de eso con su familia, pagar los estudios de los hijos (si los hay) y que tendrá la manera de ampliar su bienestar económico y mejorar el acceso a vivienda y a mejores servicios.
Las empresas de las asociaciones y cooperativas visitadas no siempre son una gran estructura en término físico con una súper industria o un gran taller; esas empresas muchas veces tienen como base apenas algunas tareas en las que siembra ají picante, se ordeñan vacas, se cultivan peces o se siembra arroz.
Algunos de los funcionarios que acompañarán al Presidente en las visitas (del domingo) muchas veces no lo saben todavía entrada la noche del sábado, hasta que finalmente se les avisa. Y en el caso de los miembros de la institución que será visitada, nunca saben de esa visita hasta que el jefe del Estado llega. “Los funcionarios estamos solamente con la reserva de agenda de que hay trabajo. Nos pasan una nota indicándonos poner en agenda una Visita Sorpresa del domingo. Más tarde les comunicamos la hora y el día. Atentos para información. Eso nos indican”, explica Toribio Olivo.
A los beneficiarios del grupo asociativo que se visitará se les informa casi siempre el sábado por la noche (en ocasiones pasadas las 10:00 p.m) que tendrán una posible visita de funcionarios del sector agropecuario, pero nunca se les deja saber que el Presidente estará en ese encuentro, sino que se trata de algunos funcionarios y técnicos que irán como parte del seguimiento que han estado llevando del proyecto que se está manejando”, agrega, de otro lado, el director del FEDA, Juan Francisco Caraballo. “Se hace así porque se quiere garantizar la sorpresa como esquema de desarrollo de un plan de trabajo y de una definición de trabajo del presidente de la República. Eso lo que quiere decir es que el mandatario quiere llegar a una zona y ver la realidad de ese proyecto que tiene en sus manos, que una de las instituciones le ha presentado, y ver cómo vive la gente, lo que hace y cómo trabajan”, plantea el director del IAD.
Los funcionarios del Gobierno están limitados a acudir a las Visitas Sorpresa solo cuando se les invita. Eso quiere decir que no se pueden aparecer a esos encuentros si no están invitados. El Ministerio Administrativo de la Presidencia es quien está más directamente conectado con las entidades que intervienen en el tema de las visitas. Y entre esas instituciones están el Ministerio de Agricultura, el propio IAD, el FEDA, el Banco Agrícola y el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI).
Caraballo explica que para organizar una visita uno de los primeros pasos que se da es conocer el territorio al que se va. Y sobre las propuestas que hacen las comunidades, expresa que en ocasiones llegan -inicialmente- a través de una comunicación remitida por los interesados a las instituciones vinculadas al tema para el que procuran apoyo. “Les acompañamos en la elaboración del proyecto y dependiendo de la actividad que realicen, si tienen vínculos con reforma agraria, en la mayoría de los casos la responsabilidad del montaje del día de la visita recae sobre el IAD. Cuando se sale de ese escenario, generalmente, se plantea la responsabilidad de la organización a través del FEDA”, dice Caraballo.
Si en los encuentros hay temas propiamente agrícolas, se convoca al ministro de Agricultura (en el caso Osmar Benítez). Lo propio cuando el proyecto atañe a otra institución. Cuando a los productores se les avisa que serán visitados por funcionarios, se le menciona a algunos con los que han estado avanzando acciones. Así se motivan para asistir al encuentro (donde estará el Presidente).
Capacitación: Infotep y el IIBI
El tema de la capacitación dentro de las organizaciones es vital, porque muchos de los que se involucran en los proyectos no siempre son capaces de regentear una empresa, ni de manejar la actividad en la que se involucran. Por eso, hay entidades como el Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep) y el IIBI que se suman a esa parte. El IIBI ha asistido a 11 asociaciones, por instrucciones de las Visitas Sorpresa. Mientras que Infotep ha capacidado también a una cantidad considerable de asociaciones.
El Ministerio de Agricultura y el FEDA asisten a los beneficiarios con los técnicos que poseen en determinadas áreas, entre ellos los veterinarios. Los técnicos pueden ser de cualquiera de las instituciones del Estado, dependiendo siempre del tema que se trate. Hay una sinergia institucional. Todo se hace coordinado y cada institución asume su responsabilidad junto con las demás. Se trabaja de tal manera que todo lo que el presidente autorice se ejecute y se ejecute bien”, dice Emilio Toribio.
Tiempo de gracia y pedido de informes
Cada cierto tiempo el Gobierno evalúa el trayecto de cada proyecto y de manera institucional se debe mantener cada uno de ellos con información al día (con el corte actual) para poder responder ante cualquier llamado del Presidente al Palacio Nacional. Y esos llamados pueden darse en cualquier momento, sin que necesariamente los titulares de las instituciones conozcan que serán llamados.
Generalmente, los grupos asociativos que reciben dinero (a tasas bajas, del 5%) tienen un tiempo de gracia para comenzar a pagar esos recursos. Ese tiempo de gracia puede ser de un año, dos o quizás más, tomando en cuenta el umbral económico o el punto de equilibrio de la empresa. A partir de ahí se supone que el proyecto comienza a obtener beneficios y puede comenzar a saldar lo que tomó prestado.
¿Qué tan riguroso se es con el dinero?
Hay situaciones que pueden presentarse sobre la marcha, después que un proyecto está en ejecución. Por eso, existe un departamento que da seguimiento a cada uno de ellos. Su trabajo es posterior a la visita y sigue todo el desarrollo del préstamo otorgado. Hay temas vinculados no necesariamente con el financiamiento, sino con la organización del beneficiado. “Hay grupos que no tienen necesariamente la tradición de ser buenos administradores, ni buenos conductores de su organización y esas dificultades pueden expresarse en cualquier momento, porque cuando se ponen recursos en las manos, no todos los seres humanos tienen la capacidad de correctamente conducir la administración de esos recursos”, resalta el director del FEDA. “Lo que hacemos en las instituciones estatales para evitar el problema es que evaluamos la situación de fortaleza institucional de la organización y les acompañamos para fortalecer sus estructuras de dirección y para que se acoplen en la conducción del proceso a partir de ahí. En otro caso, y es lo que más se sugiere, es que si se trata de una asociación, la misma pase a ser una cooperativa”, dice Caraballo.